Los arqueólogos critican la confusión entre cine e historia
"¡Pero de qué Gladiador hablan!", ha exclamado Carandini al Corriere della Sera. "Que la arqueología invente películas de Hollywood es la última locura". Estas palabras tienen algo de autocrítica, viniendo de quien anunció haber hallado la Lupercale, la cueva en la que Rómulo y Remo fueron amamantados por la loba. El caso es que algunos piensan que las cosas han ido ya demasiado lejos en la búsqueda de titulares. La propia Daniela Rossi, que descubrió la tumba y no parece haber sido ajena al juego con Gladiator, se ha manifestado apenada, "porque el monumento es importante y las fantasías sobre Gladiator lo menosprecian".
Un general de 70 años
Lo que queda meridianemente claro es que Macrinus y Maximus son muy diferentes. Durante las campañas germanas de Marco Aurelio en las que el ficticio Maximus (Russell Crowe) tomó parte con arrojo y honor, Macrimus tenía, ay, cerca de 70 años: con esa edad uno no despacha a mano a un grupo de pretorianos, y a un tigre ni te digo.
La arqueóloga Isabel Rodà cree que a veces cuesta encontrar el punto justo para llegar a la sociedad con los hallazgos. "Es verdad que a un personaje senatorial como Macrinus no se le castigaba de una manera tan bárbara como en la película. Pero sin la referencia a Gladiator dudo que la gente se interesara por una tumba y sus inscripciones".
En conversación telefónica ayer, el historiador y novelista Valerio Manfredi, consideró: "Es muy raro que los arqueólogos se hayan prestado a ese juego. Pero quizá es el signo de los tiempos: hay que llamar la atención como sea". Manfredi recordó fallos de Gladiator: "Marco Aurelio jamás pensó reinstaurar la República y los gladiadores no usaban las armas fantásticas del filme".
*Fuente. El País.
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