domingo, 24 de mayo de 2009

Descubriendo Calakmul XIII.

*Dibujo de reconstrucción arquitectónica de la plaza central de Calakmul, Campeche, realizado por Ernesto Tamay Segovia. Simposios Mayistas en Guatemala 1998. Folan, Willliam y Dominguez Carrasco, María del Rosario, Hilado, confección y lapidación: los quehaceres cotidianos de los artesanos de Calakmul, Campeche, México. Pág. 3


-La Gran Plaza-


La Gran Plaza de Calakmul era el punto de encuentro de las fuerzas políticas, religiosas y sociales del cuchcabal de la cabeza de serpiente. Este centro de la urbe, el cual estaba comunicado con otras partes de la misma, a través de caminos de tipo urbano, fue el eje central de la vida pública desde el Preclásico tardío hasta los momentos finales del Clásico Tardío, un periodo en el que podemos intuir como toda esta actividad va dirigiéndose hacia una nueva localización llamada la Gran Acrópolis. El espacio de la Gran Plaza se encontraba distribuído en dos secciones formado por: la Estructura VII, al norte, la Estructura VI, al oeste, la Estructura II al sur y las Estructuras IV y III al este; la Estructura VIII cierra el extremo noreste y, por último, la Estructura V sería el punto de enlace de los dos sectores de la plaza. Siguiendo las ideas de Mercedes de la Garza[1], las características político-religiosas del Preclásico se pueden ver reflejadas en la distribución y configuración de la Gran plaza. Siguiendo los estudios arqueológicos del yacimiento, existen dos grandes momentos del desarrollo urbano de la ciudad:


1. En el Preclásico Tardío, en el cual ya estaba configurada el área de la Gran Plaza.

2. En el Clásico Tardío, en el que se produce una reordenación de la vida política y religiosa trasladándose hacia la Gran Acrópolis.


La configuración de la Gran Plaza nos manifiesta el gran sentido simbólico que tenían las construcciones mayas, mostrándose como una recreación del espacio sagrado, aquel lugar en el que lo sagrado queda a la vista de los hombres; zonas propicias para desarrollar las ceremonias sagradas, un sitio para convocar a los dioses[2]. Siguiendo estas convicciones en los edificios de la Gran Plaza se sucedieron una gran cantidad de eventos constructivos que, además de ser funcionales, servían para reforzar la situación de los linajes en el poder. La localización de unidades residenciales de las élites en el norte de la Gran Plaza nos da muestras de la importancia del conjunto puesto que, tal y como afirman autores como Inomata o Ciudad, en muchas ocasiones el “trabajo burocrático” en dichas estancias podía ser escaso y realmente estaban destinadas más a actividades de tipo doméstico o (tomándome la libertad de utilizar dicha expresión) de tipo “pasarela”, es decir, los gobernantes y cortesanos tendrían acceso visual a todo el conjunto, de la misma manera que la gente de a pie podría contemplar la majestuosidad de la vida palaciega. A la vista de todo el conjunto, autores como Webster y Sanders[3] abogan por la teoría de considerar a Calakmul como un centro no urbano o por lo menos no tan urbano como otros centros mayas, es decir, si tenemos en cuenta el tipo de ocupación que estamos comentando podríamos asegurar que es una ocupación “especializada” y limitada para cierto tipo de población mientras que el resto de la población se dispondrían en establecimientos habitacionales en las zonas periféricas.


Se han hallado restos de ritos como ofrendas propiciatorias en edificios y altares, etc. Entre las ofrendas destacan vasijas con cabezas decapitadas; una de ellas encontrada en la Estructura IV B había sido envuelta en un sudario impregnado de Hematina, una sustancia que sustituía a la sangre, la cual era el vehículo del Ch´ulel, espíritu o alma personal. También es curioso el descubrimiento de vasijas con objetos rituales como conchas marinas, Spondylus, puntas de mantarraya e incluso perlas. Sin duda, uno de los elementos más característicos de estos edificios es que, durante las excavaciones, se han encontrado en el interior de los mismos, trece entierros[4], que, al parecer, pertenecían a varios gobernantes de la ciudad. Gracias a los continuos descubrimientos y trabajos desarrollados por los investigadores se puede concluir el uso funcional de muchas de las estructuras que formar parte del conjunto de la Gran Plaza; de esta manera sabemos que en dichos edificios se desarrollaban diferentes actividades: trabajos domésticos, elaboración de alimentos, hilado, etc así como la labor que desempeñaban, centros residenciales, sagrados, almacenes, etc.


A principios del Clásico Tardío se produce una reorientación político-religiosa, en la cual la Gran Plaza pierde importancia tomando el relevo la parte de la ciudad conocida como La Gran Acrópolis, aunque parece que la función religiosa-ceremonial, de la Gran Plaza, se conservará hasta el Posclásico y parte del periodo colonial.



[1] Dicha autora afirmaba en 1998. “…en la arquitectura maya, el templo-pirámide siempre se vinculó con la plaza; son dos elementos arquitectónicos absolutamente unidos y esto se debe a su sentido simbólico: representan el vínculo de la tierra cuadrangular con el ciclo piramidal, la unión del ámbito de los hombres y de los dioses.”

[2] Pero, ¿qué dioses?, es decir, ¿realmente podemos hablar de un verdadero culto a figuras determinadas?, debo tener mucho cuidado al abordar este candente tema entre los mayistas puesto que si tenemos en cuenta que es durante el Clásico cuando la Gran Plaza cumple su principal papel no puedo obviar que es justo durante dicho periodo cuando los expertos se plantean el problema de si podemos hablar de culto a divinidades (concretas) propiamente dichas o no. Existe hoy en día entre la comunidad de especialistas en mayas el debate que separa a unos y a otros, pues mientras unos (Marcus, etc) opinan que no podemos hablar de dioses mayas como figuras de culto hasta el periodo Posclásico, momento en el que las influencias mexicanas tienen mayor relevancia, otros (Rivera Dorado, etc) defienden su presencia ya anterior. Sin duda, un tema del que se podría debatir largo y tendido y que quizá me sirva de base para un futuro artículo.

[3] Sanders, Williams y Webster, David, “La antigua ciudad Mesoamericana: Teoría y concepto”. SEEM 2000, Reconstruyendo la Ciudad Maya.

[4] Rodríguez Campero, Omar, La Gran Plaza de Calakmul”. Arqueología Mexicana, Nº 42, Marzo-Abril 2000. Pág. 24. Nueve en la Estructura II, uno en la III, dos en la IV y uno en la VII.

sábado, 23 de mayo de 2009

Defienden que el priscilianismo no repercutió en el cristianismo galaico


El investigador Óscar Núñez dice que el proselitismo de Prisciliano «fue un tópico de la literatura antiherética».

El priscilianismo no existió como grupo organizado ni como sistema de creencias. Esta idea defiende Óscar Núñez en su tesis doctoral, De los dioses paganos al Dios cristiano. Transformaciones y permanencias religiosas en la Gallaecia, siglos I al VI, que obtuvo la máxima calificación en la Facultad de Historia de la Universidad de Vigo. «No hubo posibilidad de pervivencia y filtración de los postulados de Prisciliano en los ambientes cristianos de Gallaecia», dice el nuevo doctor, quien descarta que en algunas zonas del noroeste el priscilianismo supusiese la primera forma de cristianismo o que fuese elemento distorsionador que diese al cristianismo galaico un carácter peculiar y diferenciador contra el que lucharon los defensores de la ortodoxia.

Los priscilianistas de las fuentes no eran los que seguían el ascetismo de Prisciliano, dice el autor, sino los que defienden su figura e injusticia de su muerte ante la intrusión del brazo secular. Ello tuvo gran repercusión pero el investigador advierte que tal efecto no fue paralelo con la fuerza anterior de su movimiento «ni se trató de cuestiones doctrinales ni de ciertas prácticas religiosas». El bando que se oponía a la ejecución de Prisciliano tuvo vigencia en Hispania hasta que en el Concilio I de Toledo asumió la postura oficial. «Es una opción circunscrita a la Gallaecia, en donde los obispos habían sostenido viva la memoria de Prisciliano», defiende Núñez. Y la capacidad proselitista de este es «un tópico de la literatura antiherética».

Bando oficial

El bando oficial, que aceptó lo sucedido, se enfrentó a la indignación de fuertes sectores de la Iglesia y esto le obligó a justificarse insistiendo en el carácter herético del priscilianismo. Ambos bandos quisieron reconciliarse pero, advierte Óscar Núñez, «nadie valoró lo desviado y dañino de los principios priscilianistas, sino que la controversia surgió en torno a la forma de dar fin al conflicto, con la aplicación de la pena de muerte por el brazo secular».

Se asoció el priscilianismo, añade el doctor, a aspectos «que ni siquiera podemos considerar exclusivos de Gallaecia». ¿Qué fue, entonces, el priscilianismo? Un concepto evolutivo, que empezó como elemento que enfrentó a los obispos por el impacto de la ejecución de unos hombres de Iglesia por el poder civil. Luego surgió como un modo de calificar costumbres que se trataban de combatir en una fase de unificación de dogmas y liturgias, para, en el siglo VI, ser un modo de referirse a «un pasado conflictivo superado por el encumbramiento del reino suevo católico».

*Fuente. La Voz de Galicia

miércoles, 13 de mayo de 2009

Se acercan a la tumba de Ahuízotl

El misterio sobre uno de los últimos gobiernos aztecas continúa develándose tras la localización de al menos cinco nuevas ofrendas, integradas por diversos objetos, en el lugar donde fue descubierto el monolito azteca de Tlaltecuhtli, hallazgo que ha hecho suponer a los especialistas “cada vez con más certeza”, que se trata de la lapida mortuoria de la tumba del emperador Ahuízotl, antecesor de Moctezuma.

De acuerdo con fuentes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la escultura localizada en 2006 cuenta entre sus ofrendas con piezas como cuchillos de pedernal, cuentas de piedra verde y esqueletos de aves, uno de ellos correspondiente a un ibis pico de espátula, especie característica de la zona lacustre de la antigua Tenochtitlán.


A casi tres años del descubrimiento, en el predio denominado Casa de las Ajaracas, los trabajos, que se llevan a cabo bajo la supervisión del arqueólogo Leonardo López Luján, se han prolongado debido a que conforme se avanza en las excavaciones, “nos encontramos con una nueva ofrenda, lo que nos hace pensar cada vez con más certeza que nuestra hipótesis es cierta”, indicó la fuente del INAH, acerca de que se trata de la tumba del gobernante azteca. Los trabajos de rescate han descendido a mayor profundidad y se avanza lentamente conforme se encuentra una nueva ofrenda.


Al mismo tiempo que se realizan excavaciones en el lugar exacto donde se encontró el monolito de cuatro por tres y medio metros, un grupo de restaurados trabajó en la consolidación de los pigmentos que conserva la pieza, tarea que ha quedado completamente terminada y ha dejado a la vista residuos de los colores que algunas vez tuvo la escultura.


El hallazgo fue realizado el 2 de octubre de 2006 por especialistas del Proyecto de Arqueología Urbana que encabezaba el arqueólogo Álvaro Barrera. Días después, el investigador Eduardo Matos Moctezuma confirmó que se trataba de una representación de Tlatecuhtli, Diosa de la Tierra.


El monolito fabricado en piedra andesita lomprobolita, que pudo haber sido traída de la región de Tenayuca, Estado de México, tiene alrededor de 40 centímetros de espesor y se cree que fue hecha durante la séptima fase constructiva de Tenochtitlán, es decir, entre 1427 y 1521, antes de la Conquista.
En la parte inferior la piedra presenta tallada la fecha 1502 o año 10 conejo, el mismo de la muerte de Ahuízotl, octavo gobernante de la antigua Tenochtitlán, que ocupó el trono de 1486 hasta su fallecimiento. La presencia de las nuevas ofrendas así como su profundidad fortalecen la hipótesis de los arqueólogos acerca de que la escultura es la lápida mortuoria de la tumba del gobernante.

Ahuízotl fue el último emperador mexica en completar su gobierno antes de la llegada de los españoles y quien expandió el más grande dominio territorial azteca; contó con linaje puro al descender de Axayacatl y Tizoc, además de ser antecesor de Moctezuma II.

En noviembre de 2007, la escultura de Tlaltecuhtli fue movida de su lugar para continuar con las excavaciones que podrían conducir a la tumba del emperador. Dividida en cuatro fragmentos, la pieza fue colocada temporalmente dentro de una caseta sobre la calle de Argentina (cerrada al paso de la gente) donde un equipo de alrededor de cinco especialistas trabajaron para devolverle su policromía. La restauración y limpieza de la pieza ha sido realizada por Virginia Pimentel Chehaibar, quien también tiene a su cargo la fijación de los pigmentos. Antes de devolver la pieza a su lugar original, donde se espera pueda ser exhibida en el futuro, la escultura será nuevamente armada —sin pegarla— y colocada en una base de mampostería.

*Fuente. Excelsior

La policía devuelve su rostro a Publio Quintilo Varo, gobernador de Germania


A pesar de que las monedas utilizadas para la identificación visual presentaban un fuerte desgaste por el paso del tiempo, los expertos han podido devolver a Varo su nuez pronunciada, una nariz afilada.

La policía alemana ha utilizado los métodos mas modernos de identificación para reconstruir el rostro de Publio Quintilo Varo, el gobernador romano de la provincia de Germania Magna que perdió la vida y tres legiones completas en la legendaria batalla de la selva Teutoburgo.Coincidiendo con el 2000 aniversario de la derrota ante las tribus germanas que conmocionó a Roma, miembros del departamento de identificación visual de la Oficina de Investigación Criminal de Düsseldorf han logrado devolver la cara al responsable de la muerte de hasta 20.000 soldados romanos.

Para ello se han servido de monedas acuñadas con el rostro de Varo cuando este fue gobernador romano en el norte de África, entre ellas una emitida en Achulla, que permite «identificar claros rasgos individuales», explicó hoy el profesor Dieter Salzmann del Instituto Arqueológico de la Universidad de Münster. A pesar de que las monedas utilizadas para la identificación visual presentaban un fuerte desgaste por el paso del tiempo, los expertos han podido devolver a Varo su nuez pronunciada, una nariz afilada, un gesto de boca hacia abajo, párpados caídos y un aspecto general de persona bien alimentada.

Para ello, y en base a las imágenes de las distintas monedas, utilizaron un programa informático especial para la elaboración de retratos robot que permite ir definiendo los rasgos de un rostro hasta reproducir con la mayor fidelidad posible el original. «Lo mas problemático es que las monedas presentaban siempre a Varo de perfil, mientras los retratos robot son siempre reproducciones de frente», señaló Salzmann, quien se mostró satisfecho con los resultados alcanzados por los criminólogos de Düsseldorf.

La elaboración del retrato robot de Varo se produce pocos días antes de la inauguración de varias exposiciones conmemorativas de la batalla de Teutoburgo, en la que miles de germanos acosaron y atacaron durante varios días las legiones XVII, XVIII y XIX, así como varias unidades de caballería y tropas auxiliares, hasta su aniquilación total. El museo romano de Haltern, el museo regional de Detmold y el museo arqueológico de Kalkriese, todos al oeste de Alemania, ofrecerán hasta después del verano la muestra conjunta «Imperio-Conflicto-Mito» sobre la batalla que frenó la expansión de Roma hacia el norte de Europa.

A las órdenes del príncipe germano Arminius, educado en Roma y hombre de confianza de Varo, a quien traicionó para volver con su pueblo, miles de guerreros germanos de distintas tribus coordinaron por primera vez sus fuerzas para expulsar a los invasores. Tras abandonar con sus hombres la columna de tropas de Varo, que tenía la misión de desarrollar la administración romana y recaudar impuestos en los nuevos territorios conquistados en Germania, Arminius dirigió la ofensiva germana que exterminó a las fuerzas de elite romanas.

Los historiadores calculan que la columna de fuerzas de Varo tenía una longitud de hasta 20 kilómetros y que los germanos la acosaron con una táctica de guerra de guerrillas para fraccionarla e irla destruyendo poco a poco en los profundos bosques de lo que hoy es el occidente de Alemania. A la vista de la derrota total y tras cuatro días y noches de combates incesantes, Varo acabó suicidándose con su propia espada junto a otros oficiales de su tropa, mientras su cabeza, tras ser decapitada, acabó enviada a Roma.

«Quintili Vare, legiones redde!» (Varus, devuélveme mis legiones), dijo el emperador Augusto al conocer el alcance de la derrota, de consecuencias tan traumáticas, que Roma nunca volvió a formar legiones con la numeración de las tres exterminadas.

*Fuente. La Voz de Galicia

sábado, 9 de mayo de 2009

Mayas también veneraron a Tláloc, afirma especialista

Los antiguos mayas de la región de Uxmal debieron incorporar al dios azteca de la lluvia Tláloc en un periodo de sequía que se registró hace más de mil años, sin que ello significara el desplazamiento de "Chaac", según investigaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

José Huchim Herrera, director de la Zona Arqueológica de Uxmal y de la Ruta Puuc, señaló que ello se explica por la urgencia que tenían del vital líquido y por la interacción comercial que mantenían con otros pueblos, lo que estimuló la influencia de costumbres culturales.

Así lo revelan diversas representaciones escultóricas de la divinidad mexica en dos de los principales templos de la zona. Las representaciones de Tláloc se observan en estructuras como la Torre de los Mascarones, del edificio conocido como Las Monjas y en algunos relieves del remate de la cornisa del Templo del Adivino.

Estos dos ejemplos de la adopción de costumbres externas por el pueblo maya se han fechado entre los años 906-950 d.C., periodo en el que se registró una fuerte sequía en la región que provocó hambruna.

Aunque la veneración de Tláloc podría considerarse como "falta de fe" en su propio dios de la lluvia, Chaac, la realidad es que fue una "solicitud de apoyo" para su deidad rectora, sin que ello significara su desplazamiento, opinó el arqueólogo.

Además, comentó, existen frisos decorados que datan del año 950 d.C., que hablan sobre la sequía en la región y que coinciden con datos que aparecen en una columna estratigráfica de un cenote cercano a Uxmal, donde hay una inscripción que describe el mismo período de aridez y problemas de fertilidad de la tierra.

El arqueólogo indicó que aunque la práctica de recurrir a una deidad "foránea o extranjera", por parte de los antiguos mayas, no era común, la constante interacción a nivel comercial con los pueblos mesoamericanos sobre todo con el centro de México, pudo inducir la adopción de otro tipo de costumbres culturales.

"En determinado momento, ante una fuerte crisis en sus ciudades como pudo ser una prolongada sequía, el contacto con exitosos modelos ajenos a la cultura maya podría haber motivado el `uso` de los mismos por voluntad propia, sin que esto representara una imposición", comentó Huchim.

En el sitio prehispánico de Uxmal, el rostro de Tláloc fue representado con dos serpientes entrelazadas, cuyos cuerpos forman sus ojos rodeados por aros y una nariz retorcida, al unirse, las fauces de los reptiles figuran la boca con los distintivos seis ganchos o colmillos.

Mientras que en efigies de las civilizaciones tolteca y teotihuacana el dios mexica de la lluvia aparece más estilizado con elementos como anteojeras o anillos alrededor de los ojos.
Su equivalente maya, Chaac, era una entidad sagrada más enigmática por sus múltiples manifestaciones antropomorfas, zoomorfas o fitomorfas, cargadas de simbolismo, muchas de ellas veneradas hasta hoy en algunas comunidades mayas.

Otros ejemplos de la incorporación de elementos culturales ajenos y compartidos en toda Mesoamérica se dieron en la arquitectura, como en el juego de pelota o el Chac Mool, que diferentes culturas adoptaron en el territorio nacional.

martes, 5 de mayo de 2009

Descubriendo Calakmul XII. Restos Arqueológicos

*Distribución arqueológica de Calakmul presentada en la publicación Arqueología Mexicana.

-Estructuras-


Tras el descubrimiento inicial de los restos de la urbe por Cyrus Llundel a comienzos del siglo XX, los estudios sobre la misma fueron decayendo. Aún así, el hallazgo de grandes estructuras mantuvo viva el ansia de conocer más sobre esta potencia, lo que dio lugar a los posteriores trabajos desarrollados por distintos investigadores. La cantidad de grandes construcciones que presenta Calakmul supera a muchos otros centros, unas estructuras que se van disponiendo a lo largo de la selva configurando el mapa de la urbe; un mapa urbanístico en el que destacan, entre otras estructuras, la red de suministro de agua y los caminos que se encuentran diseminados por todo el territorio, poniendo de relevancia la importancia que tuvo la inversión en obras públicas para los gobernantes de la urbe. Tristemente a pesar de los descubrimientos que se han realizado en Calakmul, destacando, sobre todo, los trabajos realizados por el llamado Proyecto Calakmul, dirigido por Ramón Carrasco Vargas, todavía hay instituciones que, conscientemente o no, siguen obviando la importancia de este centro y mantienen las tradicionales concepciones en cuanto a los sitios arqueológicos principales del área maya[1]. Lo cierto es que tras los trabajos dirigidos por Folan en los años 90 se ha considerado que Calakmul es uno de los centros mayas más importantes, declarado como patrimonio de la humanidad desde 2002, sus más de 40 kilómetros cuadrados dan fe de la importancia de una urbe que fue superior a Tikal tanto en tamaño como en poder (según la época). Finalmente, no podemos olvidar que en torno al año 2006 los investigadores consideraron que, hasta dicha fecha, los trabajos de excavación sólo habían llegado al 4% del total del complejo arqueológico, sin duda queda todavía mucho por hacer.


Caminos, canales y pantanos.


En cuanto a este tipo de estructuras, se han hallado hasta el momento unos cinco recintos naturales para la acumulación de agua, entre ellos uno de medidas espectaculares 244x212 metros que se encuentra situado a dos kilómetros al norte del centro de la ciudad. La distancia a la que se encuentra este recinto favorece la creación de comunidades adyacentes las cuales se comunicaban con el centro a través de caminos y que, posiblemente, utilizaban canales para el abastecimiento de agua. A semejanza de otras de las grandes culturas precolombinas, la construcción de caminos favorecía la comunicación y el traslado de población, materiales, etc. En 1995 Folan y Rosario Domínguez[2] realizaron una clasificación de 4 tipos diferentes de aguadas en Calakmul:

  1. Aguadas grandes de tipo público
  2. Aguadas medianas de tipo público
  3. Aguadas pequeñas de tipo público
  4. Aguadas vecindales
Algunas de estas se comunicaban mediante canales. La labor que cumplían estas aguadas era, sobre todo, doméstica aprovechándolo para las labores de siembra. La manera en la que estas aguadas se iban rellenando era mediante la recogida del aguada de las lluvias y, seguramente, por las filtraciones del suelo


De los caminos, sac beob o sacbé, se han llegado a identificar unos 15 tipos que comunicaban a Calakmul con otras zonas y también vías dentro de la propia urbe. El estudio de este tipo de estructuras es muy complicado y está condicionado debido a que en muchos casos los únicos restos que se conservan son escasas piedras que hacen muy ardua la identificación correcta de los mismos. Aún así, los investigadores diferencian varios tipos de caminos:

  1. Estatales
  2. Regionales
  3. Urbanos
  4. Vecindarios
De entre todos estos caminos destaca el denominado Sacbé 5[3], un camino de tipo regional el cual abarcaba unos 40 kilómetros de distancia uniendo Calakmul con El Mirador. Por lo que el estudio de estos caminos nos ayuda a comprender mejor la compleja red de relaciones socio-políticas que se establecía entre las ciudades-estado de la época.


Edificios, una introducción al espacio urbano.


Para comprender la distribución del espacio urbano debemos tener en cuenta varias premisas presentes en la arquitectura mesoamericana, la relación entre el hombre y la naturaleza que le rodea y el factor religioso; algo que será fundamental al establecer el plano urbanístico. De esta manera podemos hablar de centros político-religiosos en los que la simbología religiosa parece estar muy presente. Así los investigadores han concluído que el plano de Calakmul parece representar ciertos aspectos sagrados, por ejemplo, el eje norte-sur de la plaza central donde la superficie sería el mar primordial mientras que las estructuras piramidales representarían las montañas sagradas donde residen los ancestros. Las escalinatas que descienden de estas estructuras representarían simbólicamente el camino entre el mundo de los hombres y el mundo divino al que se podría acceder a través de pasos simbólicos[4]. En la gran urbe además de estructuras de tipo religioso encontramos también áreas residenciales de las clases dirigentes, zonas cuyo acceso era restringido, son las identificadas como Wac Ahau Nah, Ytsiaal Caan, Chan Ch´ich. La cantidad de habitaciones nos muestra el elevado número de integrantes que debieron conformar estas familias, además, es probable que en estas zonas se alojaran a los representantes de los estados subordinados que visitaban la ciudad bajo asuntos administrativos, políticos, etc. Estas unidades habitacionales nos están dando información sobre el ordenamiento urbano basado en una sistema de organización política en el que cada grupo familiar, o por lo menos las élites, establecían un control para el acceso a sus residencias.


El espacio territorial de Calakmul está repartido de una manera dispersa a través de cinco grandes complejos organizados en torno a la Gran Plaza central; en esta zona es donde se construirán las dos grandes pirámides durante el Preclásico y es donde se desarrollará la vida pública de la ciudad hasta el Clásico Tardío, momento en el que parte de la vida política y religiosa se ve trasladada a la llamada Gran Acrópolis. El terreno queda dividido en un centro nuclear donde se desarrolla la mayor parte de la actividad política, económica y religiosa con barrios conectados con este centro mediante calzadas de tipo urbano. Aunque la labor funcional de la Gran plaza parece que se mantiene lo cierto es que el cambio de ubicación del “centro neurálgico” de Calakmul da muestras de la importancia que adquieren las familias reales y cortesanas pues es en esta nueva ubicación donde se situarán muchos de los edificios más representativos donde también han sido localizadas unidades residenciales, ejemplificando el cambio que se produce, a todos los niveles, en la urbe.



[1] Por ejemplo FAMSI, Fundación para el avance de los estudios mesoamericanos, INC, continúa sin incluir a Calakmul dentro de su clasificación de sitios de especial relevancia, quizá debido a que no han renovado la documentación.

[2] Domínguez, María del Rosario y Folan, William, “Calakmul, México: Aguadas, bajos, precipitación y asentamiento en el Petén campechano”. IX Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1995.

[3] Folan, William J, May Hau, Jacinto, González Heredia, Raymundo, Marcus, Joyce y Millar, Frank W. Los caminos de Calakmul, Campeche”. Ancient Mesoamerica, Nº 12. 2001. Pág. 293-298. En esta publicación se nombra al Sacbé como Sacbé 5 mientras que en 1995 Domínguez y Folan se referían a él como Sacbé 6 en Domínguez, María del Rosario y Folan, William, “Calakmul, México: Aguadas, bajos, precipitación y asentamiento en el Petén campechano”. IX Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1995. Finalmente he optado por referirme al Sacbé como 5 al ser la referencia más moderna y posiblemente la más revisada.

[4] Carrasco Vargas, Ramón, “Mayas de Campeche”. Arqueología Mexicana, Nº 16, Marzo-Abril 1996. Según este autor, “…la relación espacial entre el juego de pelota y el pasadizo de la Estructura XIII, posiblemente, prefigura uno de estos arreglos simbólicos, aquel donde los gemelos del Popol Vuh bajaron al inframundo para participar en el juego de pelota con los señores del Xibalbá.”.