viernes, 2 de octubre de 2009

«Ardi» destrona a «Lucy» como abuela del hombre y de los simios


El estudio del nuevo espécimen permite deducir que era muy distinto a los monos de la actualida. El antepasado común, que vivía en Etiopía hace 4,4 millones de años, abre otra puerta en la evolución.


Era hembra, se llama Ardi , pesaba 50 kilos, medía 1,20 metros y se ha convertido en la nueva joya de la paleoantropología y en una pieza esencial en el puzle aún incompleto de la evolución humana. Vivió hace 4,4 millones de años en la región etíope de Afar, donde fue localizado su esqueleto prácticamente al completo en una distancia de apenas sesenta kilómetros del lugar donde había sido hallada Lucy , el fósil desenterrado en 1974 y que hasta ahora se consideraba el más antiguo perteneciente a un antepasado común del hombre y el chimpancé. Ahora ha sido destronado. Lucy era un Australopithecus afarensis , mientras que Ardi , su antepasada, pertenece a la especie de Archipithecus ramidus .


Ardi no es el último ancestro común entre humanos y grandes simios, ya que se cree que el antepasado vivió hace seis millones de años, aunque hasta ahora no se ha encontrado su presencia fósil, pero sí es lo más parecido a lo que pudo ser el abuelo de la humanidad. Y es aquí donde el estudio de los 36 especímenes desenterrados entre 1992 y el 2008 en la región etíope de Afar, cuyas conclusiones se han recogido en once estudios científicos que hoy publica la revista Science , rompe con algunos de los esquemas prefijados. Revela, por ejemplo, características biológicas hasta ahora desconocidas del primer eslabón en la evolución del hombre desde sus orígenes. ¿Cuáles? Ardi vivía en un ambiente boscoso y trepaba los árboles sobre sus cuatro extremidades, como lo hacían los primates del Mioceno cuando, hace 24 millones de años, los territorios de África, Eurasia y Arabia estaban unidos. Pero, y ahí lo relevante, no pasaba demasiado tiempo subida a los árboles y el suelo, caminaba erguida sobre sus dos piernas sin apoyarse en los nudillos de sus manos.


Hasta ahora se pensaba que el último antepasado era más chimpancé que ser humano, pero los análisis realizados ahora ponen esta hipótesis en tela de juicio. ¿Y qué significa esto? Que los caminos evolutivos de los seres humanos y los grandes simios, pese a partir de un tronco común, fueron muy diferentes, más de lo que se pensaba.


Los investigadores, un equipo de 47 científicos de diez países, entre ellos España, señalan que varios de los rasgos más singulares de Ardi no aparecen en los chimpancés y grandes simios africanos de hoy en día. «Se abre una ventana a un período de la evolución humana del que hemos sabido poco, cuando los homínidos primitivos estaban estableciéndose en África,», señala Brooks Hanson, subeditor de Science .


«Estos artículos abren una ventana a un período de la evolución humana de la que hemos sabido poco, cuando los homínidos primitivos estaban estableciéndose en África, poco después de separarse del último antepasado que compartieron con los simios africanos», señala Brooks Hanson, subeditor de ciencias físicas de 'Science'.


*Fuente. La Voz de Galicia

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