miércoles, 2 de diciembre de 2009

Los arqueólogos descubren una segunda puerta de acceso a las Torres del Temple

El hallazgo de un sistema de distribución de agua completa la información de los investigadores para recuperar la fisonomía original del fortín islámico

Dos puertas y no sólo una daban acceso en el siglo XI a la almudaina de Gumara, ahora Torres del Temple. Los arqueólogos Llorenç Vila y Noemí Prats, de la empresa Elements, han descubierto un segundo arco islámico, detrás del primero, en el espacio de entrada a la fortaleza.

"Esta segunda puerta está recortada y es donde construyeron posteriormente dos arcos de medio punto para ganar espacio", refiere Vila. Así, los arqueólogos rectifican lo que hasta ahora se creía: que al fortín islámico se accedía por una sola abertura. "El de Gumara es un sistema de acceso de doble puerta, con un ancho de aproximadamente 1,60 metros y con una bóveda de dos metros", detalla Vila, quien afirma que en el proyecto arquitectónico sería posible rescatar esta segunda entrada.

En cuanto al primer arco, su arranque también podría ser reconstruido porque sólo se conservan cuatro de las piedras en forma de cuña que dan forma al arco. El resto debieron ser destruidas tras alguna escaramuza. Otro hallazgo fruto de las excavaciones, encargadas por Cort y presupuestadas en 41.000 euros, es la detección de un sistema de distribución de agua que está en las rocas. "Lo hemos encontrado en la torre izquierda, al fondo del edificio. Allí excavamos en el subsuelo y dimos con un pozo. Se ve luego que de éste sale un ramal hacia un depósito rectangular, del que a su vez sale otro ramal que se dirige al interior del patio. Esto significa que el agua llegaba a las dos torres", asegura.

Cabe recordar que el pasado mes de agosto, los trabajos iniciados en marzo en el edificio de propiedad municipal dejaron al descubierto el trazado de la puerta principal de la fortificación, así como los dos cuerpos de guardia, hallados en las partes inferiores de las torres. En uno de los cuerpos, descubrieron también parte de la muralla. Y en el otro, una puerta de acceso lateral a la torre. Con todos estos elementos se han podido definir los límites del baluarte, que debían llegar aproximadamente a los cinco metros de altura, justo por encima del primer piso. Los investigadores suponen que sobre él caminaban los militares que defendían la ciudad, en aquellos momentos Madina Mayurqa.

Al poco de empezar las pruebas arqueológicas, los científicos localizaron los vasos comunicantes de la fortificación: el paseo de ronda de época musulmana, que unía las dos torres, y tres escaleras de caracol.

El edificio, que se convertirá en un centro de interpretación sobre los fortines islámicos, ha quedado redefinido tras el trabajo de Vila y Prats, que han logrado hacer una fotografía con la fisonomía original. Como ya explicaron a este diario en marzo, la estructura primigenia es mucho más pequeña a la que hoy se contempla. De los cincos pisos que hay actualmente, al acabar la reforma sólo quedarán tres. El cuerpo central del edificio se eliminará, pues es un añadido posterior.

Cabe recordar que la almudaina islámica, después de la conquista de Jaume I, pasó a los cristianos, en concreto a la Orden del Temple. En el siglo XIX, se convirtió en un edificio de viviendas y quedó desvirtuado.

El proyecto arquitectónico en que el departamento municipal de Patrimonio trabaja prevé la recuperación al máximo de la fisonomía primera de la construcción para incluirla dentro del proyecto de museo en red de la ciudad, cuyo centro sería el casal gótico de Can Serra.

*Fuente. Diario de Mallorca

jueves, 26 de noviembre de 2009

Hallada la momia del monarca Pere el Gran


La Generalitat analizará el ADN del cuerpo descubierto en la única tumba de la Corona que no ha sido profanada

Los restos de Pere el Gran (1240-1285), monarca de la Corona de Aragón cuyos despojos son los únicos de la dinastía que nunca han sido profanados, han sido localizados intactos en una tumba en el monasterio de Santa Maria de Santes Creus (Tarragona). El excepcional hallazgo lo ha realizado un equipo de arqueólogos de la Generalitat y coincide con la celebración del 850 aniversario del complejo cisterciense.

Los restos de Pere el Gran, hijo de Jaume I y figura clave en la historia de la Corona, se encuentran en un sarcófago de piedra y los investigadores confirman que el enterramiento se conserva en su estado original. Los despojos humanos, aparentemente embalsamados, están cubiertos por un tejido y una especie de casco cubre el cráneo del monarca.

Pere el Gran, III de Aragón, I de Valencia y II de Barcelona, fue también rey de Sicilia durante un mandato clave en la historia de la Corona (1276-1285). Sus restos permitirán esclarecer las causas de la muerte del rey así como la autenticidad de los restos de Jaume I el Conquistador (1208-1276), su padre enterrado en el monasterio de Poblet con dos cráneos de características similares en el mismo sarcófago.

La Generalitat analizará el ADN de Pere el Gran para determinar sus características físicas y genéticas, así como su dieta alimentaria. También reconstruirá el rostro del monarca. Los técnicos han accedido al sarcófago de Pere el Gran mediante la introducción en el mismo de una cámara, un sistema no intrusivo que ha arrojado las primeras imágenes del cráneo del rey.

Pere el Gran fue el primer monarca de la Corona en recibir sepultura en el monasterio de Santes Creus y mediante el rito europeo, lo que implicó embalsamar el cuerpo y ha permitido la conservación prácticamente virgen de la momia del monarca. Los trabajos también han confirmado que el cuerpo fue enterrado con abundantes sustancias aromáticas florales, cómo solía hacerse en la época.

Pere el Gran permitió consolidar la expansión la expansión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo iniciada por su padre, Jaime I. También pacificó el territorio de la Corona, amenazados por las últimas revueltas árabes y la expansión de la monarquía francesa, que llegó a tomar Girona en 1285. La expulsión de las tropas del francés Felipe III fue la última gran victoria de Pere el Gran, lograda meses antes de fallecer. Su muerte se celebró con el primer funeral de la realeza realizado en el Monasterio de Santes Creus, abadía cisterciense del siglo XII que supone una de las joyas de las construcciones medievales en Cataluña. Además de la tumba y el mausoleo de Pere el Gran contiene los restos de su hijo, Jaume II, y la esposa de éste, Blanca d'Anjou. Ambos restos, a diferencia de los descubiertos ahora, han sido profanados en diversas ocasiones.

*Fuente. El País.

martes, 24 de noviembre de 2009

La guerra en el imperio azteca, expansión, ideología y arte.

Au. Isabel Bueno Bravo
Ed. Editorial Complutense, UCM.
Título. La guerra en el imperio azteca. Expansión, ideología y arte.

Tal y como índica el título, a lo largo del ensayo la autora realiza un recorrido cronológico explicando el antes, durante y después del imperio mexica haciendo hincapié, sobre todo, en los dos primeros puntos estableciendo un nexo de unión, que se repite a lo largo del transcurrir histórico: la guerra como elemento vertebrador del proceso de formación, consolidación y desaparición. La importancia de lo militar tanto terrestre como naval puede comprobarse en las fuentes documentales de las que se dispone pero además queda reflejado en el papel que desempeña en el arte, tanto a nivel de estructuras como de restos materiales "menores". Desde los orígenes de la ciudad de Tula la autora nos explica como se repartió el poder en el valle de México introduciéndonos de una manera amena en la conflictiva coyuntura de la época y actualizando y reabriendo debates como los referentes a la relaciones de estas potencias con algunos centros Maya (en concreto el caso de Chichén Itzá).

Afirmando contundentemente que el imperio mexica no estaba tan centralizado como se ha defendido durante años, a la llegada de la los españoles, sino que estaba en desarrollo, Isabel Bueno Bravo nos introduce en los orígenes del llamado imperio azteca, apuntando cual era el centro del poder del valle de México durante la fundación de Tenochtitlán (Azcapotzalco) .De esta manera comprobamos como en un, relativo, escaso periodo de tiempo los Technocas establecerán toda una serie de juegos políticos, militares y económicos que permitirán finalmente su ascenso al poder. El surgimiento de esta nueva potencia, México-Tenochtitlán trae consigo todo un reguero de cambios a nivel político-administrativo (incluso se reinventan su propia historia obteniendo una mayor autoridad) y lo que había surgido como un pequeño centro más dentro del "mapa político" terminará por acumular todo el poder; esto dio lugar a grandes conflictos militares y diplomáticos, lo que desembocará en que el elemento militar adquiera una gran importancia en el devenir del imperio, tanto interna como externamente. El avance militar, sobre todo, que adquiere México-Tenochtitlán dará lugar a una rivalidad perpetua con otra potencia, Tlatelolco. Con todo esto la autora deja claro que los enfrentamientos en el valle de México no se reducían, únicamente, a la conocida como "Guerra Florida" sino que en muchas ocasiones, aunque esta siga existiendo como una realidad fundamental, lo cierto es que da paso a una guerra de conquista necesaria para el devenir del imperio.

Toda la sucesión de regentes que tiene lugar durante el periodo que comprende este ensayo es explicado por la autora, así como las diferentes tramas políticas, insurreciones, etc que se van dando paso a medida que se imponía uno u otro rey. Asimismo en la parte final del ensayo se establece una especie de listado, acompañado de una somera explicación, de la documentación y códices de la época que han llegado hasta nuestros días.

Para concluír, cabe destacar el glosario de términos Nahuatl, presente en la obra, necesario y útil para comprender muchos de los elementos a los que se refiere la autora, así como autoridades, puestos de administración, etc. ¿Dominó Cortés a los indígenas para alcanzar sus objetivos o realmente fue al revés?, es otro de los puntos que la autora tiene claro y deja claro en esta obra.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Los australopitecos comían frutos, semillas, raíces y cortezas

Un estudio de las marcas de los dientes muestra que aquello homínidos africanos de hace millones de años tenían un alimentación similar a los gorilas actuales


Los Australopithecus afarensis, homínidos que vivieron en África hace entre unos 2 y 4 millones de años, se alimentaban preferentemente de frutos ricos en azúcares, pero en las épocas desfavorables no hacían ascos a semillas, raíces, tubérculos o cortezas, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Barcelona (UB), dirigido por Alejandro Pérez-Pérez y publicado en la revista Journal of Human Evolution. El hallazgo se basa en el análisis de las microestrías de los dientes fósiles de esta especie africana, cuyo más famoso representante es el esqueleto casi completo de Lucy, una hembra, de hace unos tres millones de años.

Durante el proceso de masticación, explican los investigadores en un comunicado de la UB, se raya el esmalte de los dientes por la abrasión de elementos estructurales de los vegetales que, además, a menudo llevan tierra. Son estrías características que los científicos también han comparado con dientes de primates actuales. "El patrón de microestración de A.afarensis muestra claras similitudes con los de especies (Hominoidea) actuales, como los gorilas de Camerún", explica Ferran Estebaranz, uno de los autores de la investigación.

Estos australopitecos vivieron en ambientes diferentes del continente africano, sin embargo el patrón de su alimentación parece ser uniforme, "lo que indica que estos homínidos eran capaces de buscar y seleccionar los recursos favoritos en diversos entornos ecológicos, explican los científicos. Además, la dieta de A.afarensis no varió a lo largo del tiempo pese a que el territorio del Este africano se hizo cada vez más árido hace entre 3 y 4 millones de años.

El trabajo de los investigadores de la UB se inscribe en un proyecto amplio de caracterización de la dieta y las adaptaciones ecológicas de los homínidos del Pleiostoceno en el Este de África.

*Fuente. El País

jueves, 19 de noviembre de 2009

El misterio de la extinción de los mamuts y los mastodontes sigue abierto

Ni los cazadores prehistóricos ni el cambio del ecosistema ni un meteorito provocaron la desaparición de la megafauna en Norteamérica

Fue hace unos 14.800 años cuando empezó la decadencia de los mamuts, los mastodontes, los canguros gigantes y otras especies de la megafauna norteamericana, que concluyó con su desaparición para siempre mil años después, así que no fueron los humanos cazadores prehistóricos, los clovis, los que acosaron hasta la extinción a estos grandes herbívoros, porque cuando llegaron, esos animales ya estaban en franca decadencia. Tampoco se debió la pérdida al cambio radical del ecosistema que comprometió su supervivencia, porque el cambio realmente se produjo después de su desaparición. Ni siquiera se puede culpar al impacto de un meteorito en la Tierra hace unos 12.900 años, como se ha sugerido. ¿Entonces por qué se extinguieron esos animales? La pregunta sigue sin respuesta, pero al menos ahora se han descartado las hipótesis más difundidas, y ello gracias a una investigación basada en unos hongos especiales (Sporormiella) que proliferan en las boñigas de los grandes herbívoros. El estudio, dirigido por Jacquelyn Gill, se presenta en la revista Science.

"Hace 20.000 años Norteamérica contaba con una mayor riqueza de grandes mamíferos que África hoy en día; hace 10.000 años, 34 géneros de esos grandes mamíferos habían desaparecido, incluidas diez especies cuyos ejemplares pesaban más de una tonelada", comenta Christopher Johnson, especialista de la Universidad James Cook (Australia) en Science. "En ese intervalo de tiempo ocurrieron otros cambios drásticos, y todos ellos han sido defendidos como causa de la extinción de la fauna: el clima pasó de frío a templado y de nuevo a frío durante mil años antes de volver a ser templado; hubo extensos y constantes incendios y la estructura y composición de las especies vegetales cambiaron rápidamente", continúa Johnson. Llegaron los clovis y su cultura, considerada la más antigua del continente americano, floreció durante casi un milenio. Algunos científicos han defendido que un objeto extraterrestre chocó contra la Tierra hace casi 13.000 años, provocando el enfriamiento, matando a la megafauna y poniendo fin a la cultura clovis. Pero todo este escenario de hipótesis se va al traste con el estudio de Gill (Universidad de Wisconsin, EE UU) y sus colegas, concluye el experto australiano.

Gill, por su parte, afirma en un comunicado de su universidad: "Nuestros datos no son consistentes con una sobreexplotación por caza de grandes animales por parte de los humanos ni por un deterioro de su hábitat".

¿Cómo son capaces estos científicos de datar y poner en orden con precisión estos acontecimientos que ocurrieron hace más de 10.000 años? El reloj prehistórico para ellos son las muestras extraídas de los sedimentos de un lago en Indiana y las manecillas de ese reloj son unas esporas de los hongos Sporormiella que se producen en los excrementos de grandes mamíferos herbívoros. Las esporas son más abundantes cuando más mamuts, mastodones, etcétera, estuvieran produciéndolas y, como las esporas se depositan en lo sedimentos, sirven de indicador. La correlación con otros testigos de las muestras, incluido polen y carbonilla, permite determinar la biomasa de megafauna y asociarla a diferentes registros geológicos y arqueológicos.

La conclusión es que la megafauna norteamericana empezó a declinar mil años antes de que los clovis, grandes cazadores, llegaran al territorio. "En las muestras, la cantidad de esporas [Sporormiella] cae dramáticamente hace unos 13.800 años y prácticamente desaparecen del registro", aclara Gill.

"Los datos sugieren que el declive y extinción de de la megafauna comenzó [en la zona del lago donde se han analizado los sedimentos] en algún momento entre hace 14.800 años y 13.700 años, y precedió a los cambios drásticos en la vegetación y la frecuencia de los grandes incendios", añade John Williams, otro de los investigadores del equipo de Wisconsin. "Todo esto sucedió mucho antes del sugerido impacto de un meteorito", añade Johnson. "Así, se descarta el cambio de la vegetación, los incendios y el desastre cósmico como causa primaria de la extinción de la megafauna. También parece poco plausible el cambio climático como motivo". Tal vez el cambio de vegetación se debió a la desaparición de aquellos grandes herbívoros.

En cuanto al efecto de la caza intensiva de mamuts y mastodontes, la fechas tampoco cuadran ya que el declive comenzó mil años antes de la llegada de los clovis. El investigador australiano afirma que si fueron los humanos, debió ser alguien anterior a los clovis cuya misma existencia sigue rodeada de controversias y dudas. Es más, tal vez las habilidades de grandes cazadores de los clovis fueron un reflejo de la necesidad de desarrollar estrategias más avanzadas para capturar a una megafauna que ya era escasa y difícil de localizar.

A la vista de los resultados se sigue buscando la causa de la desaparición de los mamuts y los mastodontes.

*Fuente. El País.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Egipto inicia la restauración de la tumba de Tutankamón


El proyecto «incluirá un análisis científico de los problemas que afectan a las pinturas murales» de la tumba.

El Consejo Superior de Antigüedades egipcio (CSA) y el Getty Conservation Institute, con sede en Los Ángeles (EE.UU.), comenzaron ayer los trabajos de restauración y conservación de la tumba del mítico faraón egipcio Tutankamón. El proyecto «incluirá un análisis científico de los problemas que afectan a las pinturas murales» de la tumba, situada en el valle de los Reyes, en la ciudad meridional de Luxor, según el director del instituto Getty, Tim Whalen. «El objetivo final de este trabajo con nuestros colegas egipcios es desarrollar un plan de conservación y mantenimiento a largo plazo para esta tumba que sirva como modelo para preservar sitios arqueológicos similares», subrayó Whalen en relación con el programa, que tendrá una duración de cinco años.

Por su parte, el secretario general del CSA, Zahi Hawas, mostró su alivio por el comienzo de los trabajos de restauración, ya que, según confesó, se habían detectado varias manchas en las paredes que habían sido motivo de preocupación.

La tumba de Tutankamón, cuyos secretos están expuestos en el museo arqueológico de El Cairo, es hasta la fecha la única de las 26 halladas en el valle de los Reyes que se encontraba prácticamente intacta en el momento de su descubrimiento. Fue hallada el 4 de noviembre de 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter, que trabajó en ella durante dos decenios.

La primera fase del proyecto incluye el registro de las condiciones de la tumba y sus muros, el análisis y el diagnóstico de las causas de su deterioro y el diseño de las intervenciones necesarias. Las dos siguientes consistirán en la aplicación del plan de conservación que se decida aplicar sobre la tumba y sus muros. También se desarrollará un programa para el control de las condiciones de mantenimiento de la tumba y para las visitas del monumento.

*Fuente. La Voz de Galicia.

Arqueólogos coruñeses descubren en Siria una ciudad de hace 3.200 años


El hallazgo de un antiquísimo sello cilíndrico con los dibujos impresos de cuatro dioses de la antigua Mesopotamia hizo saltar todas las alarmas entre el pequeño equipo de investigadores de la Universidade da Coruña que lleva cinco años de expediciones arqueológicas en el valle del río Éufrates, al noroeste de Siria. Comenzaron explorando esta zona, hasta entonces virgen de prospecciones, en busca de datos sobre la evolución de las fronteras en el cuarto milenario antes de Cristo. Y el yacimiento resultó ser una mina en conocimientos y datos sobre los orígenes de la civilización urbana.

Sus descubrimientos, una fortaleza asiria del siglo XIII antes de Cristo y los restos de una ciudad circular con más de 6.500 años de antigüedad, están a un paso de permitir reescribir un página de la historia de la antigua Mesopotamia y arrojar luz sobre "el concepto de los Estados, el de las fronteras, y del urbanismo o cómo se fraguó el paso de la aldea a la ciudad" en el tercer milenio antes de Cristo.

"Tenemos todo un libro de la historia esperándonos allí", asegura, entusiasmado Juan Luis Montero Fenollós. Profesor de la Facultad de Humanidades del campus de Ferrol, dirige con un colega sirio la expedición promovida por la Universidad coruñesa y el Ministerio de Cultura del país árabe en la garganta de Halabiya, la fractura natural del valle del río Éufrates. Y dentro de la propia garganta, en Tall Qabr Abu al-Atiq (la colina de la tumba de Abu al-Atiq) apareció el primer gran hallazgo: los vestigios de una fortaleza asiria, ese país de la antigua Mesopotomia nacido al pie del río Tigris.

"Fue destruida por un enorme incendio, pero eso fue una suerte porque todo quedó allí enterrado", destaca Montero. La expedición, compuesta por una veintena de arqueólogos, historiadores y topógrafos, logró sacar a la luz cuatro habitaciones de la fortaleza así como gran número de piezas de cerámicas y utensilios que permitirán reconstruir cómo era la vida cotidiana en aquella época lejana pero importante por tratarse "de la cuna de la civilización". Allí también apareció el famoso sello, "de gran belleza" y la pista fundamental para otro gran descubrimiento: era el marchamo de los altos funcionarios del reino asirio. "Y si está ahí, es que tenemos cerca un archivo administrativo histórico", con posibles textos en tablillas de arcilla que permitirían, de confirmarse, desentrañar enigmas y grandes lagunas sobre los orígenes de la civilización.

Pero aún hay más: el equipo de Montero halló la existencia de toda una ciudad, configurada en circulo y fundamental para averiguar los orígenes del urbanismo. Data del año 2.600 antes de Cristo. Gracias a una prospección con georradar, similar al empleado para averiguar dónde está la tumba de García Lorca y cuya principal ventaja es evitar la destrucción que conlleva cualquier excavación arqueológica, la expedición coruñesa averiguó la presencia, hasta ahora desconocida, de esta antíquisima urbe. Evidencia, por su forma radial, no sólo los avanzados conocimientos geométricos de los antepasados orientales, sino la existencia hace más de 6.500 años de "una sorprendente civilización culta y refinada".

Esa ciudad, aún sin nombre, es similar a la única metrópolis del río Éufrates que se conocía hasta el momento, Mari, la rival de Babilonia y considerada fundamental para saber cómo comenzó la era urbana. La exploración de ese yacimiento, prevista para la primavera de 2010, revolucionará, según Juan Luis Montero, lo que hasta ahora se sabía sobre los principios del urbanismo, la expansión del imperio asirio e incluso cómo evolucionaron fronteras y el concepto de Estado, ya muy marcado en la sociedad del cuarto y tercero milenio antes de Cristo.

Ahora, el gran problema para los investigadores es el tiempo. El Gobierno sirio proyecta construir un gran embalse en esa garganta del río Éufrates, pegado al yacimiento de Tall Qabr, y apremia a acelerar la exploración de esta zona del Oriente Próximo considerada cuna de la civilización pero que pronto quedará sepultada bajo las aguas.

"Nosotros no buscamos tesoros, ni oro, no nos interesa, sólo queremos investigar y explorar una zona ahora virgen que puede resolver grandes enigmas y lagunas importantes de nuestro pasado", destacó el director de la expedición. Presentará dentro de 15 días sus resultados en un congreso internacional en Madrid y, convencido del impacto que supondrá, Montero espera ahora toda la colaboración y ayuda para sacar a la luz los secretos que aún conservan la fortaleza y la ciudad hasta ahora desconocidas del Éufrates.

Este profesor coruñés, que se declara harto del protagonismo mediático que adquiere cualquier descubrimiento de una nueva momia egipcia "cuando no arroja ningún datos histórico nuevo", insiste en la importancia que supone averiguar la evolución y expansión de la civilización asiria y de la antigua Mesopotamia. "Los franceses llevan 70 años haciendo prospecciones sobre Mari, la ciudad que se consideraba hasta ahora una excepción y ejemplar único en Oriente Próximo de los principios del urbanismo", destaca Montero. Pero ahora resulta que hubo otra, también al pie del Éufrates, y con una mina de secretos aún sin destapar. "Explorarla va a permitirnos averiguar cómo se pasó de vivir en aldeas a una sociedad urbana".

*Fuente. El País.

martes, 10 de noviembre de 2009

Un vistazo a la vida cotidiana de los mayas

*El País digital me sorprende, en la edición de hoy, con esta publicación. No puedo quejarme pues publican un par de imágenes que tomaré prestado para futuros artículos ahorrándome el escaneo de las mismas. Pero sí matizaré una serie de cuestiones. Podrían haberse implicado un poco más en el asunto y así haber concretado informaciones como que, aunque hoy en día conocemos más de estas pinturas murales, lo cierto es que su identificación y estudio comienzan alrededor del 2005. Que se encuentran situadas en el Edificio I de la Acrópolis Norte, que no era un poblado maya sino una gran urbe, la más importante de su tiempo, capital del reino de Kaan y durante años cabeza visible de los reinos estado Maya incluso por encima de Tikal. Que la estructura en cuestión mide 13m, con 8 etapas constructivas, siendo la más grande de su complejo. Que hoy en día existe un debate entre los especialistas a la hora de determinar que representan estos murales, mientras unos aceptan la idea de que muestran la celebración de un mercado otros abogan por la idea de que representan la preparación de alguna ceremonia. Que no todos los glifos a los que hacen referencia en el pie de foto están descifrados y que realmente no hacen referencia a la actividad que están desarrollando sino que indican quienes son las personas (como a la izquierda "Persona del Atole") y por eso podemos concluir lo que están sirviendo y preparando. Y algunas cosillas más que dejaré para futuras entradas...

Hallada en México una 'pirámide pintada' que ofrece claves desconocidas sobre esta civilización


Gente cocinando y repartiendo comida. Personas caminando, acarreando vasijas y otras mercancías... Algunas visten taparrabos; otras, ricas túnicas con vistosos tejidos. Ocurría hace unos 1.350 años en plena civilización maya. Son escenas de la vida cotidiana, "virtualmente desconocidas" según los investigadores, e inmortalizadas en una estructura piramidal policromada hallada en el poblado maya de Calakmul, en Campeche, México, según publica en su edición de ayer Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) .


La pirámide hallada es una suerte de tarta ortogonal de unos 11 metros de alto y tres niveles. Se encuentra en el recinto arqueológico de Chiik Nahb, cerca de la línea fronteriza en México y Guatemala.

Hasta ahora, la mayor parte del conocimiento sobre los usos sociales los mayas se refería solamente a la vida de las elites y las clases altas (guerras, ceremonias religiosas y protocolarias...). Los dibujos hallados ahora ofrecen información sobre las clases sociales, los mecanismos de reparto de la comida y la alimentación, la dieta, la indumentaria de otros miembros de esa sociedad.


"Estos murales describen de manera patente (...) un antiguo mecanismo social de cuya existencia no ha quedado ninguna otra prueba", señalan los arqueólogos en su artículo. El equipo que ha realizado los hallazgos está formado por investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Nacional de Antropología en México y la Universidad de Yale (EE UU).

Las imágenes, además, van acompañadas de jeroglíficos que funcionan como pies de foto para explicar el contenido de los dibujos. "Llevará su tiempo evaluar las implicaciones definitivas de estos hallazgos (...)", señalan los investigadores y recuerdan que todavía hay excavaciones en marcha.


Dibujo de la pirámide de Calakmul que muestra a personas repartiendo gachas de maíz y los jeroglíficos que lo explican- PNAS

*Fuente. El País

lunes, 9 de noviembre de 2009

Piezas de más de mil años revelan detalles de la vida en el Tiwanaku


Por primera vez se muestran fuera de Bolivia cerámicas halladas en 2004.

Es uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de los últimos cincuenta años en Bolivia. Reveló aspectos no conocidos de la cultura Tiwanaku (o Tiahuanaco, en español), una de las civilizaciones más importantes de la antigüedad, que abarcaba Bolivia, zonas de Perú, Chile e incluso partes el noroeste argentino y que los expertos comparan con el Antiguo Egipto. Ahora, treinta objetos de cerámica de más de mil años de antigüedad, hallados en la isla Pariti del lago Titikaka (o Titicaca), el corazón de Tiwanaku, están siendo exhibidos en el Museo Nacional de Bellas Artes, en Buenos Aires.


En una conferencia realizada en el auditorio del museo, Jedú Sagárnaga, arqueólogo boliviano y líder de la expedición de 2004 que descubrió las piezas, recuerda el momento clave: "Fue una de las mayores emociones de mi vida. En realidad, estábamos enfrente de la isla, en otro yacimiento, y un día se acercó un comunero de Pariti y nos dijo que allí había elementos importantes y que fuéramos. Hizo descripciones que nos despertaron curiosidad, pero después cuando nos trajo objetos que incluían una cabeza humana perfecta nos quedamos con la respiración cortada".


Tras varias idas y vueltas -en las que no estuvieron ausentes las varias convulsiones sociopolíticas del momento en Bolivia-, el grupo, también comandado por el finlandés Antti Korpisaari, logró financiamiento de la Universidad de Helsinki para realizar las excavaciones en Pariti que finalmente darían con el yacimiento descubierto.


"A la primera semana se dio el hallazgo -recuerda Sagárnaga-. La Pachamama nos dio este placer. No lo podíamos creer. Era una innumerable cantidad de fragmentos de piezas. Enseguida nos dimos cuenta de que habían sido rotas a propósito en una suerte de ritual. Cargamos todo y al llevarlas a La Paz casi nos ahogamos en la lancha por una terrible tempestad que se desencadenó. Parecía que la diosa del lago no quería que nos las lleváramos. Fue realmente de miedo lo que pasamos".


Una vez en La Paz, las piezas fueron ensambladas -"al principio nos oponíamos", reconoce el arqueólogo- y se armaron alrededor de 530 objetos que llamaron la atención por varios motivos: "Nunca se habían visto vasos talladores de este tamaño o cruces en las partes internas. Se trataba de piezas de alta calidad estética, muy pequeñas y que nos hacen deducir cuestiones importantes".


Efectivamente, las piezas halladas permitían ver nuevos aspectos de la vida tiwanaku. Según los estudios preliminares -hay que seguir estudiando, dice Sagárnaga- las imágenes permiten inferir que habría dos grupos étnicos separados entre los tiwanakotas: "Hay imágenes que muestran hombres con adornos en el labio superior y patillas; y otras con adornos en el labio inferior, que no tienen pelo en la nuca", cuenta el arqueólogo. También llamó la atención la aparición de vasijas pares, lo que se emparenta con la concepción dual del mundo andino.


De esas valiosísimas piezas, se hizo una selección de treinta que empezaron a recorrer Bolivia y que ahora llegaron a la Argentina, en su primera salida al exterior. Vasijas con o sin pedestal, moldeadas con formas masculinas, femeninas y zoomorfas, vasos y retratos son algunos de los objetos que se pueden apreciar en el Bellas Artes.


"En la actualidad -señala Sagárnaga- seguimos excavando y estamos seguros de que Pariti todavía tiene muchas sorpresas para todos. Mientras tanto, la muestra brinda algo de lo que descubrimos y da una idea de esta cultura milenaria de la que estamos todos orgullosos".

*Fuente. Clarín

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Descubriendo Calakmul XV

*Estructura II en una vista actual tras los trabajos realizados por el Proyecto Calakmul

Estructura II


La Estructura II, ubicada en el espacio de la Gran Plaza, es el edificio primordial de la zona arqueológica de Calakmul y su importancia, como eje rector, es indudable. Dicho edificio es un claro ejemplo de las características arquitectónicas mesoamericanas; situado en un espacio abierto pero delimitado por otras estructuras y plataformas (en ocasiones con sac beobs que las unen entre ellas), compuesto por varias etapas constructivas a partir de un basamento piramidal, … son modelos que a menudo se repiten en el resto de urbes mayas y es que no podemos olvidar que la arquitectura que desarrolló la sociedad Maya estaba asociada a la cosmovisión en la que, en el caso de Calakmul, los grandes basamentos se identificaban con las montañas sagradas. Podemos situar cronológicamente el inicio de la construcción de la Estructura II durante el Preclásico, las progresivas fases constructivas que se suceden, alrededor de unos 1200 años, dan lugar a que adquiera una multifuncionalidad siendo al mismo tiempo: Templo IIA, palacio IIB y otras actividades[1] llevadas a cabo, sobre todo, en los recintos habitacionales de la fachada norte donde también se han encontrado restos de actividades funerarias[2], destacando el descubrimiento del enterramiento del monarca Garra de Jaguar[3], Yich´ aak K´ ak´ (686-695?), bajo una crujía de una subestructura de principios del Clásico Tardío. La multifuncionalidad de la Estructura puede sugerirnos que esta construcción, a pesar de ser la más importante del conjunto, no estuvo limitada, por lo menos durante un periodo de tiempo o por lo menos unas zonas determinadas, a una parte concreta de la población sino que más bien pudo ser de tipo público pero manteniendo su importancia simbólica. Las medidas de la Estructura II son 120m de lado por 50 de alto (actualmente), su base piramidal, compuesta por cinco cuerpos contiene tres escaleras de acceso, dos laterales y una central.


En la parte superior se sitúa al sur la Estructura IIA, al norte la IIB, al este IIC y al oeste II-D. Las Estructuras IIC y II-D fueron introducidas durante el Clásico Temprano así como las escaleras que llevan a estos recintos. La Estructura IIB será construída durante el Clásico Tardío siendo recubiertas etapas constructivas anteriores. La construcción y ocupación de esta Estructura, como he dicho anteriormente, sigue una secuencia cronológica muy duradera comenzando con la subestructura II c en el 400-390 ac identificada por los autores como un conjunto de tipo Acrópolis con un basamento de 8m de altura y con una remodelación fechada para el 725 dc[4], en esta zona también se han encontrado mascarones estucados zoomorfos y policromos de gran tamaño y frisos[5], más concretamente en las denominadas subestructuras II c1 y sub II c2. Es posible que esta estructura corresponda a un espacio ritual que posiblemente tuviera la entrada restringida. Al recinto se entraría por un vano de tres metros de ancho y sólo 1.50 metros de altura que conduce a un pasadizo con forma de bóveda de cañón corrido y arco rebajado, un recinto abovedado que según los investigadores podría tener un significado simbólico-mitológico[6]. La parte superior de la Estructura II debió estar coronada, posiblemente, por elementos de crestería y decoración de estuco rojo.


La construcción de esta Estructura se debió no sólo a elementos estéticos y religiosos sino que estaba muy unido a la cuestión política. Los mascarones representando a deidades sobrenaturales presentes en la construcción legitimaban a los linajes de poder siendo considerados como intermediaros con los dioses, de ahí que se hayan registrado enterramientos de gobernantes en su interior.




*Estructura II en blanco y negro, reconstrucción gráfica.





[1] Domínguez Carrasco, María del Rosario y Folan, William, Hilado, confección y lapidación. Los quehaceres cotidianos de los artesanos de Calakmul, Campeche, México. XII Simposio investigaciones Arqueológicas en Guatemala 1999. Pág 633.

[2] Tiesler Blos, Vera, Domínguez Carrasco, María del Rosario y Folan, William, Los restos humanos de contextos funerarios y extrafunerarios de Calakmul, Campeche, México. XII Simposio Investigaciones Arqueológicas en Guatemala 1999. Pág 647.

[3] Tumba IV, Estructura II.

[4] Enríquez O., Amalia y Rodríguez Campero, Omar, Los espacios abiertos de la antigua ciudad maya de Calakmul. Forma y función. XIX Simposio de investigaciones arqueológicas en Guatemala 2006. Pág 409.

[5] Dicho friso se haya decorado con elementos relacionados con la montaña sagrada y su papel como portal al Xibalbá. Los mitos religiosos son asociados a través de las construcciones públicas mayas a los linajes de poder confiriéndoles una mayor autoridad.

[6] Carrasco Vargas, Ramón y Colón González, Marinés, “Últimos descubrimientos mayas en Campeche”. Arqueología Mexicana nº 75, Septiembre-Octubre 2005. Pág 47. Ambos autores consideran que es una arquitectura única en mesoamérica, siendo el ejemplo más antiguo de edificio abovedado.


INAH busca descifrar origen de antigua ciudad maya


Arqueólogos de la institución realizan trabajos para precisar la ocupación previa al auge en el llamado Conjunto Casa Colorada, de la zona arqueológica de Chichén Itzá.

En el llamado Conjunto Casa Colorada, de la zona arqueológica de Chichén Itzá, un grupo de especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) realizan excavaciones para corroborar el origen de la antigua ciudad maya, a partir de una inscripción jeroglífica que hace alusión al año 869 d.C. Dicha fecha podría precisar el período de ocupación previa al auge de este sitio que ocurrió entre 1000 y 1100 d.C.


Esa inscripción consta de una tira estilizada con glifos que se ubica en el arranque de la bóveda del edificio Casa Colorada, y que guarda un buen estado de conservación. Por lo pronto, indica la institución en un documento, los arqueólogos han logrado identificar datos relativos a algunos personajes mayas importantes, como gobernantes de Chichén Itzá y Ek Balam, además de la fecha de construcción del propio templo.


"El dato importante en la inscripción es una fecha, un dato que habla del año 869 de nuestra era, la cual no únicamente nos ofrece un indicio sobre la posible construcción del conjunto sino que corroboraría una secuencia completa de la ocupación más antigua del sitio, hacia finales del periodo Clásico Tardío (entre 800 y el 850 d.C.)", según declaró el arqueólogo José Francisco Osorio León a cargo de los trabajos denominados como "Investigación y restauración integral del conjunto Casa Colorada".


Este conjunto arquitectónico se conforma de cuatro edificios distribuidos alrededor de una plataforma central, donde también se localizó una estela que de igual forma cuenta con inscripciones jeroglíficas.


"Esta estela será también crucial en la investigación del sitio, ya que cuenta con una serie de jeroglíficos que desafortunadamente aún no se identifican plenamente", abundó Osorio León, al referir que con el desciframiento de ambos textos glíficos y los análisis del material cerámico hallado hasta el momento.


De confirmarse las fechas, junto con las investigaciones del Conjunto Serie Inicial, comentó, se tendría suficiente evidencia arquitectónica para precisar uno de los primeros periodos de ocupación maya en la antigua ciudad, previo al florecimiento de Chichén Itzá como una gran urbe.


*Fuente. El Universal

martes, 3 de noviembre de 2009

La civilización nazca sucumbió tras eliminar su línea de defensa natural


La civilización nazca del Perú precolombino terminó sucumbiendo porque eliminó su línea de defensa natural, los bosques de huarangos, frente a los estragos del fenómeno natural conocido como El Niño.

Ésa es la conclusión a la que han llegado David Besrseford-Jones, del Instituto McDonald de Investigaciones Arqueológicas de la Universidad de Cambridge, y otros colegas tras estudiar los efectos de El Niño en 1998 como modelo para intentar reproducir el impacto de un fenómeno similar al final de esa antigua civilización.



En 1998, El Niño inundó la moderna ciudad de Ica con una capa de dos metros de agua, y una proyección con ayuda del ordenador indica que El Niño que aconteció en algún momento entre los años 500 o 600 de nuestra era debió de tener efectos aún más catastróficos sobre el valle del bajo Ica, uno de los dos centros de esa civilización.



Los nazca podrían haber sobrevivido, sin embargo, a esa catástrofe natural de no haber sido por la tala progresiva de una importante masa forestal que habían llevado a cabo para dedicar el terreno a cultivos agrícolas como el maíz o el algodón.



El valle del bajo Ica, hoy desierto, estuvo poblado de bosques de huarango, un árbol que puede vivir más de un milenio y que, además de abastecer a los nazca de leña y madera para la construcción, cumplía un papel ecológico muy importante ya que sus profundas raíces afianzaban el terreno, protegiéndolo contra la erosión del agua y el viento.



Los árboles constituían además una importante defensa frente a las súbitas inundaciones, señalan los expertos británicos, según los cuales el análisis del polen antiguo muestra que la población de esos árboles comenzó a decaer en los años que precedieron al colapso de la civilización nazca por culpa de la dedicación creciente del terreno que ocupaban a agricultura. Con esa tala masiva de árboles se eliminaron las defensas naturales frente a un intensísimo fenómeno de El Niño acaecido por aquellos años, explica Beresford-Jones.



"La tala gradual de los bosques terminó superando un umbral ecológico, claramente definido en esos entornos desérticos, con lo que el paisaje quedó expuesto a los vientos extremos del desierto y a los efectos de las inundaciones ocasionadas por El Niño". "El clima no fue por tanto el único factor (en el fin de esa civilización), sino que los nazca contribuyeron con sus acciones a su propia destrucción", señala el científico británico.



Se cree que la deforestación contribuyó también de modo importante al colapso de otras civilizaciones, como la de la isla de Pascua o la del pueblo anasazi, del suroeste de Esatados Unidos.


"Los errores de nuestra prehistoria nos ofrecen una importante lección sobre la conveniencia de gestionar las frágiles zonas áridas de la actualidad", afirma Oliver Whaley, del Real Jardín Botánico de Kew, otro de los autores del estudio.


*Fuente. EFE

domingo, 1 de noviembre de 2009

Hombre ‘inesperado’ apareció entre tumbas de sacerdotisas


En un “inesperado” descubrimiento se ha encontrado un hombre de clase alta que esgrime un cascabel, sepultado entre poderosas sacerdotisas de la sociedad preincaica moche, en Perú, según informes de arqueólogos.


Rodeado por antiguas “máquinas de humo”, así como de huesos humanos y de llamas, el cuerpo acompaña a otros que fueron sepultados dentro de una tumba singular bicameral que data del 850 d. C., informó el arqueólogo Luis Jaime Castillo Butters, de la Universidad Católica de Perú, en Lima. La tumba contenía un ataúd de madera decorado con una celosía de cobre y una máscara dorada, colocado sobre una plataforma elevada. Dentro del ataúd “es donde encontramos el objeto principal de la sepultura, y es un hombre”, señala Castillo.


“Luego de 18 años de excavaciones en San José de Moro, esperábamos otra mujer”, destacó. “Pero esto tiende a suceder (en arqueología): esperar lo inesperado”, precisó el investigador. ¿“Máquinas de humo”? ¿Sacrificio de llamas? Los moches eran una sociedad fragmentada de agricultores que ocuparon las áridas costas de Perú entre el 100 y 1.000 d. C.


Desde 1991, Castillo ha dirigido las excavaciones en San José de Moro, un centro ceremonial y cementerio regional para moches de clase alta en el valle Jequetepeque, en la costa norteña. Hasta el momento, en el sitio se han encontrado siete sepulcros de sacerdotisas reales, indicio del poderoso papel de las mujeres en la sociedad moche, afirmó Castillo. Este año, el equipo de Castillo inició excavaciones en la primera tumba moche bicameral conocida. El trabajo fue financiado parcialmente por el Comité de Investigación y Exploración de la National Geographic Society (dueña de National Geographic News).


Las ilustraciones pintadas en alfarería conocida como moche muestran a menudo una ceremonia ritual donde se baja un ataúd en una tumba similar a la del hombre que esgrime el cascabel. Los funerales, indicó Castillo, eran motivo de celebración y permitían transiciones perfectas de poder de un gobernante al siguiente. Las sacerdotisas probablemente celebraban esos entierros durante festivales anuales realizados en San José de Moro. En la tumba recientemente explorada, el equipo encontró una rampa que llevaba a la primera cámara, que contenía los huesos de un hombre joven, por un lado, y de una llama, en un rincón. El humano y la llama “pudieron haber sido sacrificados a propósito del entierro”, consideró. Tazones de cerámica de 38 centímetros de ancho atestaban el piso a lo largo de las paredes y llenaban nichos cubiertos. Los tazones grandes estaban repletos de botellas de cerámica más pequeñas y de pared gruesa. Esas botellas pudieron haber sido calentadas y dejadas caer en los tazones llenos de líquido, para crear un efecto de vapor y neblina mientras que los cuerpos eran bajados a la tumba durante el funeral, según Castillo.


Una puerta sellada cerraba la entrada a la segunda cámara. Dentro de esa segunda sala, pintada de rojo y amarillo, los arqueólogos encontraron los restos de dos mujeres y un hombre en tumbas simples. El trío pudo haber sido sacrificado, pero por ahora el equipo no tiene claro el papel exacto que desempeñaron. Otro hombre joven no identificado se encontró sentado con las piernas cruzadas en la sala, y una máscara solitaria yacía al descubierto. La máscara es similar a la encontrada en el ataúd del hombre de clase alta, lo que hace que Castillo sospeche que la máscara pudo haber pertenecido a otro ataúd misteriosamente removido.


Dentro del ataúd del hombre de clase alta yacían en desorden sus huesos, una máscara, una vara larga de la que pendían campanas y otros objetos. El revoltijo sugiere que el ataúd había soportado un prolongado y accidentado viaje antes de llegar al complejo de tumbas, subraya Castillo.


El cascabel de “cara arrugada”. El sorpresivo descubrimiento de un sepulcro para un hombre de la élite entre las sacerdotisas envió a Castillo y sus colegas a buscar una explicación entre las ilustraciones moche. Para empezar, la larga vara con campanas lucía notablemente similar a un cascabel sostenido por un reconocido arquetipo del arte moche. “Creo que el tipo del cascabel es el tipo que tenemos aquí”, precisa Castillo.


El arquetipo es conocido como Aia Paec, o “cara arrugada”, una figura central en las ilustraciones de sepulcros. A menudo es representado bajando un ataúd en una tumba junto a un personaje humano nombrado Iguana. Junto con Iguana y una mujer, probablemente una de las sacerdotisas, Aia Paec también es mostrado en algunos paisajes presentando un caparazón decorativo ante un líder.


Según Castillo, Aia Paec e Iguana eran papeles que la gente hubiera heredado. Cuando moría la persona que interpretaba uno de esos papeles, él o ella era sepultada y otra persona del mundo viviente se hacía cargo del papel. “Así, parece que todos estos personajes están relacionados y conectados”, precisa Castillo.


¿Transición de poder? Son tan numerosos los sepulcros conocidos moche para mujeres de clase alta que algunos arqueólogos creen que ellas dominaban la estructura de poder de la sociedad. Sin embargo, debido a que en las ilustraciones moche se observan gobernantes masculinos y femeninos, resulta difícil creer que la civilización era “estrictamente gobernada por mujeres”, considera Castillo.


“Creo que sería más factible tener sociedades que permitan poder femenino junto a poder masculino”, apunta. “Por tanto, encontrar un sepulcro masculino de élite probablemente va en esa dirección”, afirma el arqueólogo Luis Jaime Castillo.


Sin embargo, el arqueólogo Steve Bourget, experto en arte moche de la Universidad de Texas, en Austin, sospecha que el hombre del ataúd no era el primer residente de la tumba. Cita el hecho de que el ataúd del hombre fue encontrado contra una pared de la que podría ser vista como una cámara inusualmente vacía. Según Bourget, es posible que algunos de los habitantes de la tumba hayan sido removidos en época de los moche. “Tal vez lo que se tenía allí era una de las así llamadas sacerdotisas junto con otras personas, y después no removieron a ese individuo”, precisa.


La idea de que el hombre recientemente descubierto sea una persona secundaria en un sepulcro femenino importante encaja mejor con la noción de Bourget de que la sociedad tardía moche estaba en transición hacia una estructura de poder gobernada por reyes rodeados por mujeres influyentes.


“Encuentro eso en la iconografía, pero también lo veo en el sitio de San José de Moro”, considera. La disposición del complejo de tumbas, dice, sugiere que se trata de la tumba de un rey o reyes, rodeada de tumbas satelitales para sacerdotisas. Tal estructura de poder prevalecía en las culturas que sucedieron en las costas de Perú, los chimú y después los lambayeque, precisa. No obstante, Castillo, jefe de las excavaciones, señala que el hombre recién encontrado podría ser parte de una disposición mortuoria más compleja que pondría al mismo nivel al hombre y a las sacerdotisas.


El nuevo descubrimiento, destaca, tal vez no sea el primero que respalda su punto de vista de compartición de poder entre los hombres y las mujeres. En 2008, su equipo excavó una sacerdotisa de una tumba vecina a la que contenía al hombre de clase alta. “Parecían como una imagen en un espejo, (con) el hombre de un lado (y) la mujer en el otro”, agrega el arqueólogo.


*Fuente. Nación

Un libro analiza los "500 años de engaños" sobre Colón

La teoría sobre el origen catalán de Cristóbal Colón goza de buena salud. Hace unas semanas se publicó un estudio de la profesora americana Estelle Irizarry que, tras analizar su escritura, afirmaba que Colón era catalán. Ahora otro estadounidense publica un libro en el que concluye que el descubridor no era genovés como mantiene la mayoría, sino catalán, de la familia de los Colom de Barcelona.

Charles J. Merrill, profesor de la Universidad de Mount Sant Mary, en Estados Unidos, ha tardado 18 años en escribir su libro Colom. 500 anys enganyats. Per què s'amaga l'origen català del descubridor d'Amèrica, en el que repasa las teorías escritas hasta el momento sobre el origen de Colón. En el libro -publicado en octubre de 2008 en Estados Unidos con el título Colom of Catalonia: origins of Christopher revealed-, Merrill explica que la familia de Colón estaba enemistada con la de los Reyes Católicos (tras luchar a favor de la familia opositora al trono de los Trastámara), por lo que ocultó su origen. Según Merrill, el descubridor siempre apareció en los textos como Colomo, Colón, castellanización del apellido catalán Colom, que no existe en Italia ni en Castilla. Además, defiende, puso nombres bien catalanes a algunas de las tierras que descubrió, como es el caso de isla Montserrat. Para el investigador, también es sintomático que cuando el navegante se refería a los Reyes Católicos lo hacía como "mis señores naturales", como consecuencia de que era súbdito del rey de Aragón. Según explicó Merrill ayer en Barcelona durante la presentación de su libro, cuando a Colón se le cita en algunos documentos como extranjero, "no lo es con respecto a España, sino al reino de Castilla, porque España no existía como tal". Según Merrill, la teoría genovesa se basa en otro Cristóbal Colón que no tiene nada que ver con el descubridor.

El presidente del Centro de Estudios Colombinos, Francesc Albardanes, afirma que con este libro se puede "defender al más alto nivel académico la teoría catalana", aunque recomienda humildad: "No tenemos el documento final que lo pruebe de forma irrefutable". Albardanes elogió el trabajo del historiador porque actúa como "bálsamo y cierra las heridas tras la aparición de teorías novelescas que tanto daño han hecho a la teoría catalana". Se refería a obras que defienden su descenencia del príncipe de Viana o que era un templario, "fantasía y fabulación", sentencíó.

El libro de Merrill lo ha publicado Cossetània con una tirada de 2.000 ejemplares. La versión castellana no está prevista.

*Fuente. El País

**De todas maneras, a pesar de que la noticia lo deja entrever someramente, no debemos olvidar el resto de teorías que existen en torno al origen de la figura de Cristobal Colón. Un debate en el que la comunidad científica todavía sigue inmersa.

jueves, 29 de octubre de 2009

Un seísmo y el cambio climático acabaron con cultura más antigua de América


La civilización peruana de Caral, contemporánea de las de Mesopotamia y Egipto y que surgió 45 siglos antes que los Incas, se extinguió por un gran seísmo y cambios climáticos que pusieron fin a sus más de mil años de apogeo, según las últimas investigaciones de su descubridora, la arqueóloga Ruth Shady.

Con 5.000 años de antigüedad, Caral -la civilización más antigua de América- surgió en la costa central peruana, con una ciudadela de edificios piramidales de piedra de 20 metros de alto, plazas circulares hundidas, conjuntos residenciales, espacios de reunión pública y zonas de unidades domésticas, que se van descubriendo a medida que las excavaciones avanzan.

Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en junio pasado, el asentamiento de 62 hectáreas se desarrolló 4.400 años antes que gobernaran los incas en Perú, en una zona desértica y árida, rodeada de cerros pedregosos, 200 kilómetros al norte de Lima.

"Caral es la civilización más antigua que se ha ubicado hasta ahora en América y sus valores sociales y culturales marcaron un hito que se expresó en civilizaciones posteriores en Perú", dijo Shady en diálogo con AFP en vísperas de cumplirse el 31 de este mes 15 años de su descubrimiento.

Las investigaciones con carbono 14 establecieron que esta civilización se adelantó 1.500 años a las de Mesoamérica, otro gran foco civilizatorio, y en más de 3.000 años a la sociedad maya.
Caral tuvo una existencia de 1.200 años en que gozó de gran prestigio e influencia hasta que se extinguió en la profundidad de los siglos. "¿Qué pasó para que desapareciera y perdiera su importancia?", se pregunta Shady.

En investigaciones de la arqueóloga con expertos de la Universidad de La Florida de Estados Unidos se formuló como hipótesis que un seísmo y cambios climáticos acabaron con la sociedad caralina. "Hubo primero un sismo muy fuerte, muy intenso que removió la región andina; este material removido fue acarreado por un Fenómeno del Niño (trastorno en el clima) y llenó antiguas bahías del litoral del Pacífico y luego fuertes vientos inundaron con dunas los campos de cultivo", sostiene. Vientos y una sequía que se alargó por dos generaciones provocaron una secuela de transformaciones climáticas que Caral no pudo resistir, explica Shady.
Las excavaciones siguen y uno de los misterios por resolver es la ubicación de su cementerio, todo un enigma.

"Estamos haciendo excavaciones en siete sitios, pero no hemos encontrado el cementerio; hemos utilizado georadar ya en tres ocasiones, pero nada", indica. Luis Miranda, uno de los 14 arqueólogos que laboran en Caral, dijo a AFP que cuando se encuentre la necrópolis "vamos a poder dar respuesta a muchas preguntas".

Pese a este inconveniente la arqueóloga y su equipo se encuentran satisfechos de los resultados obtenidos en Caral en quince años de trabajos. "Se ha determinado que Caral realizó un desarrollo transversal que abarcó poblaciones de la costa, la región andina y la amazónica, con las que realizó intercambio", dijo.

Caral, refiere, constituía un asentamiento urbano con diseño previo y una construcción planificada. Eso se complementó con conocimientos de astronomía para calcular el tiempo y los ciclos de siembra y cosecha.

Los actuales visitantes de Caral aprecian en el lugar una actividad febril, con arqueólogos dirigiendo equipos de trabajadores en labores de excavación y conservación de los edificios monumentales, en medio del silencio de un valle batido por fuertes vientos. A diario delegaciones de escolares llegan al lugar en visitas turísticas que Shady espera que se incrementen e incluyan a turistas extranjeros.

"Hemos afrontado muchas dificultades e incomprensiones de las autoridades y ahora enfrentamos el peligro de las invasiones", subraya al advertir que han comenzado a aparecer algunas viviendas cerca de Caral sin que las autoridades den solución a este problema.

*Fuente. AFP

Joven noble hallado en Huaca Rajada habría dado origen a dinastía Sipán, sostienen


La tumba del sacerdote-guerrero descubierta en el complejo arqueológico de Huaca Rajada-Sipán, en el distrito de Zaña (Lambayeque), correspondería a un entierro de la fase Moche Temprano, que habría dado origen a la dinastía Sipán hace más de dos mil años.

Así lo dio a conocer el arqueólogo Luis Chero Zurita, responsable del Proyecto Arqueológico Sipán-Huaca Rajada, quien indicó que dicho entierro fue descubierto en agosto pasado en esta localidad del norte del país.

Tras el descubrimiento de la denominada tumba 15, en el complejo de Sipán, se han realizado investigaciones científicas y ahora se puede determinar que el entierro de este personaje corresponde a un joven noble mochica de 21 años. El entierro expone ornamentos como una corona con la figura de un búho, dos narigueras en cada mano, una punta de porra, pequeños cascabeles de cobre dorado, así como pectorales y brazaletes confeccionados de conchas marinas o spondylus.

Chero refirió que durante las excavaciones, a 12 metros de profundidad, también se encontraron dos cerámicas en forma de búho, con gollete y borde, que tienen mucha relación con su religiosidad y vínculo con el período Moche Temprano o Moche I.

"Corresponderían al siglo I de nuestra era, por lo que se define que sería una tumba fundacional y el inicio de la plataforma funeraria; habrían más tumbas que corresponden a este período cultural", destacó.

Los ocho ornamentos de rango y mando del sacerdote-guerrero de la zona funeraria de Huaca Rajada-Sipán fueron presentados por el director de la unidad ejecutora Naylamp, Celso Sialer Távara; y el arqueólogo Luis Chero Zurita, responsable del proyecto de investigación. Los especialistas indicaron que los restos serán traslados a los laboratorios del museo de sitio del complejo arqueológico, para su conservación y restauración. Sialer Távara señaló que las excavaciones estuvieron a punto de paralizarse, pero gracias a las gestiones realizadas por el presidente del Consejo de Ministros, Javier Velásquez Quesquén, se pudo conseguir una partida de 250 mil nuevos soles para la zona de Huaca Rajada-Sipán.

"Estas labores continuarán hasta diciembre y los arqueólogos podrán hacer más hallazgos sorprendentes." Destacó que con el presupuesto económico se financiarán los análisis de las osamentas para determinar, a través del ADN, su vínculo familiar con el Señor de Sipán. "Con las muestras sometidas al carbono 14 se determinará su cronología. Los análisis se realizarán en laboratorios de Estados Unidos", apuntó.

*Fuente. Agencia Peruana de Noticias

lunes, 26 de octubre de 2009

Tumba de Sipán confirma que los Moche fueron contemporáneos de Cristo

Una tumba de un noble de 21 años del sitio de Sipán (norte de Perú) confirma de que los antiguos Moche, que habitaron la costa peruana, fueron contemporáneos de Cristo, según los análisis realizados por científicos peruanos en el lugar del hallazgo.


El responsable del Complejo Arqueológico de Huaca Rajada Sipán, Luis Chero, dijo hoy a Efe que las tumbas frecuentemente halladas en este lugar datan del siglo III después de Cristo, pero este enterramiento confirma que la civilización moche (también llamada mochica) es anterior. "Ahora con esta tumba tenemos evidencias de Moche temprano, de sus orígenes, es decir de cien años antes de Cristo aproximadamente o del año cero para acá", enfatizó.


El descubrimiento de la tumba del joven guerrero fue presentado hace dos meses a la prensa, pero los nuevos estudios en el lugar del hallazgo (Huaca Rajada, en el departamento de Lambayeque) han arrojado a la luz datos sobre su antigüedad y también sobre la edad del personaje, aunque aún faltan otros estudios para corroborarlos.


Chero agregó que los análisis realizados el mes pasado por el antropólogo físico Luis Millones en la tumba, situada a unos 12 metros de profundidad, indican que este joven de la nobleza Moche, que aparentemente cumplía "funciones sacerdotales y militares", tenía 21 años cuando murió. "Las causas de la muerte están en pleno proceso de análisis, (el personaje) es bastante joven, tenía 21 años, mientras los otros personajes hallados en Sipán tenían una edad promedio de 40 años", acotó Chero. El cuerpo del joven Moche tenía un pectoral y brazaletes de conchas marinas y estaba acompañado de objetos cerámicos como un búho y lanzas.


En 1987, el arqueólogo Walter Alva sorprendió al mundo al descubrir las fastuosas "Tumbas Reales de Sipán" en Lambayeque y desde entonces continúan las excavaciones en el lugar. Los Moche o Mochica, que habitaron la costa peruana entre los siglos I y VI de nuestra era, fueron un pueblo de agricultores, artistas, pescadores y guerreros que alcanzaron un alto desarrollo y compleja organización. Estos antiguos pobladores son conocidos por sus cerámicas y sus trabajos en metalurgia, ya que dominaron las técnicas de fundición, laminado, forjado, repujado, soldadura entre otros.


*Fuente. ADN

viernes, 23 de octubre de 2009

Cultura Tolteca tuvo su origen en Paquimé

Casas Grandes.- Las relaciones que mantuvieron el Occidente, y las regiones noroeste y norte-centro de México, hacia el 900-1100 d.C., gestaron una “nueva tradición” de la que partiría posteriormente la cultura tolteca.


Se trata de una tradición cultural que es motivo de estudio para diversos investigadores, entre ellos, los arqueólogos Otto Shoundube, Patricia Carot y Marie-Areti Hers. En la XII Conferencia de Arqueología de la Frontera Norte que se lleva a cabo en el Centro Cultural Paquimé, en Casas Grandes, Chihuahua-, foro en que se diserta sobre la interacción de esta gran región con el Occidente, los especialistas brindaron nuevos datos que refieren la prolongada relación entre una y otra área, misma que fue de ida y vuelta.


Otto Shoundube, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), en Jalisco, manifestó que “normalmente se acepta que de Mesoamérica hubo colonización hacia el norte. No obstante, para algunos autores, se trató más bien de una difusión de ideas.” Desde hace algunas décadas -dijo-, se han tratado las similitudes entre el suroeste de Estados Unidos-noroeste de México y las culturas del Occidente, “estos movimientos se hicieron por dos rutas:

De Zacatecas, Durango, norte de Jalisco, a través del borde oriental de la Sierra Madre Occidental; y otra mediante la costa de Sinaloa, Sonora”. “Estas ideas mesoamericanas que se trasladaron al norte en los primeros siglos (III-IV) de nuestra Era, sobre todo con los pueblos agrícolas, produjeron lo que llamo el `cambio de vestimenta”. Estos grupos llegaron con una estructura mesoamericana, pero la fueron adaptando al medio norteño que era más hostil”. “Sin embargo, al declinar algunos centros de poder mesoamericanos, entre ellos Teotihuacan, los grupos del norte retornan a sus lugares de origen, pero con ideas mesoamericanas ya modificadas. Este intercambio cultural quedó plasmado en distintos elementos arqueológicos, principalmente en la iconografía de la cerámica”.


En el encuentro académico organizado por el INAH, Shoundube explicó que de la tradición llegada al norte por la costa se retomaron figuras zoomorfas y antropomorfas muy naturalistas. Mientras el arribo por la parte serrana de tradiciones como Chupícuaro y Chalchihuites, brindaron expresiones geométricas; integrando así una “nueva tradición”.


“La hostilidad del norte originó ideas de sacrificio humano bastante marcadas que se reflejan en el culto a las calaveras o los cuchillos de sacrificio. Esto más tarde se volcaría a la costa sinaloense dando lugar a la tradición Aztatlán que es la que llega al centro de México”.


Antes se creía que estas manifestaciones que denomino `Nueva tradición” habían venido de Tula, de los toltecas, pero para mí, la tradición tolteca se forma en esta región de confluencia del altiplano norte con la costa de occidente”.


La doctora Patricia Carot, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, dio a conocer los datos que en este sentido ha brindado un sitio arqueológico en la Ciénega de Zacapu, en la zona lacustre michoacana; exploraciones que ha compartido con su colega, la doctora Marie-Areti Hers. Allí se ha localizado cerámica de una tradición cultural que ha sido denominada “Loma Alta”; vasijas y platos revelan una iconografía vinculada al suroeste de los Estados Unidos. La experta detalló que esta tradición se desarrolló en los primeros siglos de nuestra Era y hasta el 550 d.C., se trasladó hacia Durango y Zacatecas, interactuando así entre 600-900 d.C., con la cultura Chalchihuites. Esta a su vez, avanzaría hasta llegar al noroeste de México-suroeste de Estados Unidos, para intercambiar ideas y estilos con pueblos como los hohokam.


Se trata de un proceso cultural que se extendió del 500 al 1200 d.C., aproximadamente. La cerámica del sitio arqueológico en Michoacán demuestra también que los grupos que originalmente salieron de ahí, regresaron en un determinado momento con una iconografía “mezclada” con lo norteño.


*Fuente. Akronoticias.com

miércoles, 21 de octubre de 2009

Hallan en Perú 12 estatuas de madera de más de 500 años de antigüedad

Las estatuas fueron encontradas en la entrada de un palacio en el complejo arqueológico de Chan Chan, la ciudadela de barro más grande de América.

Arqueólogos peruanos hallaron 12 estatuas antropomorfas de madera de más de 500 años de antigüedad en el complejo arqueológico de Chan Chan, la ciudadela de barro más grande de América (unos 570 kilómetros al norte de Lima). Así lo confirmó el director de la Unidad Ejecutora 110 de Chan Chan, Cristóbal Campana, quien explicó que las estatuas fueron descubiertas en la entrada del palacio Ñan An, la edificación más moderna del complejo.

Campana agregó que las estatuas, en buen estado de conservación, pertenecerían a la penúltima etapa de la Cultura Chimú, que fue vencida y sus territorios conquistados por los Incas.

Si bien las figuras antropomorfas, que miden entre 60 y 70 centímetros, son representaciones masculinas, condición que se deduce por el atuendo, «tienen una representatividad simbólica por género», pero no quiere decir que tengan sexos diferentes explicó Campana. Las estatuas halladas con pintura color crema en el rostro, una gorra baja y con un «spondylus peruviano» (una concha marina) entre las manos representan lo femenino; mientras que las que tienen la cara pintada de blanco, una gorra alta y sujetan caracoles «conus fergussoni» representan lo masculino.

El director de la Unidad Ejecutora 110 de Chan Chan explicó que las estatuas halladas en 1997 y 2006 en el complejo arqueológico tenían lanzas en las manos, una diferencia que le da «vital importancia» al nuevo descubrimiento. Las nuevas estatuas de madera encontradas ahora «están dando una bienvenida hacia la vida», acotó Campana, a diferencia de las otras figuras antropomorfas halladas en años previos que cumplían la función simbólica de vigilancia.


El experto peruano también subrayó que a todas las estatuas les han roto con un cincel la nariz y los caracoles, un hecho que podría asociarse con un «cambio de gobierno o situaciones», probablemente la conquista Inca del imperio Chimú. «Hay un acto voluntario y concertado, eso no fue casual, no fue un acto de un individuo descontento, alguien dio una orden (para romper esos elementos)», acotó Campana al manifestar que aún se debe investigar en profundidad esta circunstancia.


La ciudadela Chan Chan, situada cerca de la ciudad de Trujillo, fue la capital del reino Chimú, y albergó en la época de máximo esplendor hasta 60.000 habitantes en una superficie de 1.400 hectáreas. La ciudadela está compuesta por palacios, centros administrativos y templos con formas piramidales con paredes decoradas. Chan Chan fue declarada en 1986 Patrimonio de la Humanidad por la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), aunque también integra la lista de patrimonio en peligro, debido a la fragilidad de sus estructuras de adobe por el efecto de las lluvias y el intenso calor en la zona.


*Fuente. La Voz de Galicia

Hallan 37 entierros en Tamtoc


El reciente hallazgo de 37 entierros humanos de la cultura huasteca, en la Zona Arqueológica de Tamtoc, San Luis Potosí, indica que entre los años 1110 y 1200 d.C. un sector de la población sufrió graves infecciones que repercutieron en deformaciones físicas, como lo revelan las huellas que presentan los huesos.


Los estudios arqueológicos y de antropología física, realizados por expertos del Insitito Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), apuntan a que se trató de un grupo poblacional que se distinguía del resto, toda vez que todos los esqueletos que presentan patologías han sido descubiertos en el área norte conocida como La Noria, donde también se ubica la escultura monolítica Monumento 32, asociada con la fertilidad.


La arqueóloga Estela Martínez Mora informó que, derivado de la reciente temporada de excavaciones llevada a cabo de febrero a abril del año en curso, se recuperaron un total de 27 esqueletos, que se suman a otros 10 descubiertos durante 2008. En total, la muestra de restos humanos se integra de 67, ya que en años anteriores se registraron alrededor de otros 30 que se encuentran en bodega.


Explicó que a partir de análisis de antropología física, encabezado por Patricia Hernández, del posgrado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), aplicados a los 27 restos óseos con evidencias de deformación, se ha podido determinar que se trata de una población que sufrió fuertes infecciones.


“En los huesos de todos los individuos se han identificado deformaciones y huellas notorias de ese tipo de patologías. Hasta el momento la población con estas características solamente se ha localizado en esta parte del sitio”, indicó Martínez Mora, quien junto con Guillermo Córdova Tello, coordina el Proyecto Arqueológico Origen y Desarrollo del Paisaje Urbano de Tamtoc.


Los avances de estas investigaciones fueron presentados en el XV Coloquio Internacional de Antropología Física “Juan Comas”, organizado por el INAH, la Asociación Mexicana de Antropología Biológica y el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, que se desarrolla del 18 al 23 de octubre en Mérida, Yucatán.


Ahí, la arqueóloga señaló que estos datos son de relevancia porque amplían el conocimiento sobre los antiguos habitantes de ese sitio huasteco. “A la fecha la única hipótesis que se ha podido plantear es que se trata de gente con problemas de salud severos. Eso los hizo diferentes y por alguna razón fueron enterrados en el área de La Noria. Sin embargo se necesitan estudios meticulosos y una muestra mayor de restos para plantear una teoría amplia acerca de las antiguas poblaciones de Tamtoc”.


Un avance importante derivado de la integración de la antropología física a las investigaciones en Tamtoc —abundó Martínez Mora—, es que el área de La Noria se había asociado a lo femenino, por la representación del Monumento 32 o Calendario Lunar ahí localizado, y porque la mayoría de enterramientos corresponden a mujeres, a pesar de que los elementos arqueológicos presentan diferencias en los periodos a los que pertenecen.


“El monolito es del año 600 a.C. y los túmulos o entierros de alrededor de 1100 y 1200 d.C. Con los 27 entierros que recuperamos en 2009, más los 10 de la temporada 2008, nos pudimos dar cuenta que el área no es exclusiva de mujeres, aunque predominen, porque también hay restos de hombres e incluso de niños de entre 3, 6 y 13 años”.


El hallazgo de los entierros se dio en un espacio con la presencia de túmulos (una especie de pequeñas criptas circulares donde depositaban a los muertos y que eran cubiertas con montículos de piedras) que miden entre 50 centímetros de diámetro por 30 ó 40 centímetros de alto. La característica del espacio donde se encontraron los túmulos, es que se trata de un corredor con orientación este - oeste, en probable relación con la puesta del sol. “No se puede hablar propiamente de panteón porque en la época prehispánica no existía ese concepto; se trata de un área de enterramiento que no se puede analizar de manera aislada del sitio, tenemos que ver el contexto para hacer asociaciones, es necesario analizar todo el espacio para proponer una hipótesis.


“Cada túmulo funerario no corresponde con un entierro porque, por ejemplo, en esta etapa desmontamos 14 de estas estructuras y contenían 27 individuos; incluso pensamos que este espacio se reutilizó porque hay fragmentos óseos de otros esqueletos removidos, entonces, posiblemente estos espacios se reutilizaban constantemente”, explicó la arqueóloga del INAH.


Los túmulos funerarios pertenecen al periodo Posclásico (1100 - 1200 d.C.), es decir que corresponden a la última etapa de ocupación de Tamtoc por grupos prehispánicos; precisó Martínez Mora, al indicar que hasta el momento se ha explorado 20 por ciento del área de túmulos. En la siguiente temporada, adelantó, que se desarrollará de mediados de octubre a diciembre del año en curso, esperamos concluir la excavación del 80 por ciento restante, lo que permitirá contar con una muestra cada vez más grande de restos óseos de la antigua población.


“Eso a su vez permitirá interpretar mejor qué tipo de personas se enterraron ahí, porque obviamente no toda la población fue enterrada ahí. Así como indagar más sobre las características de la infección, cuyos efectos incluso eran visibles, porque se llegaron a deformar los huesos de manera impresionante dejando graves marcas”.


Además de los restos óseos, agregó Estela Martínez, se han hallado otros materiales arqueológicos como puntas de proyectil, cuentas de collares, pendientes y pulseras. Por su parte, el arqueólogo Guillermo Córdoba comentó que otro aspecto relevante del proyecto es la consolidación de un equipo de antropólogos físicos, arqueólogos y un historiador, enfocado al estudio del proceso de desarrollo social que tuvo Tamtoc.


“Ese aspecto es muy importante porque si no tenemos un conocimiento depurado de qué ocurrió en esa ciudad, no cobra sentido para el público. Tenemos que dotarla de significado”, expresó al adelantar que con la información obtenida hasta el momento ya se empieza a conceptualizar la construcción de una sala introductoria del sitio arqueológico.



*Fuente. INAH