martes, 15 de septiembre de 2009

Reportan hallazgo arqueológico bajo aguas de la Península de Yucatán

Especialistas en arqueología subacuática del INAH detectaron en las profundidades de cinco cenotes de la Península de Yucatán, 12 cráneos prehispánicos mayas, rifles coloniales y cerca de medio centenar de vasijas, algunas con una antigüedad de 400 al 250 a.C. El descubrimiento, precisó el INAH, ocurrió durante la más reciente temporada de exploración y registro en cinco de esos espacios subterráneos, con lo que suman 28 los sitios de este tipo con evidencias culturales, integrados al Atlas en la materia.


La arqueóloga Lisseth Pedroza, de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del Instituto, informó que los cenotes en los que se localizaron los materiales prehispánicos y coloniales son: Balmi, Canun Che"en, La Guadalupana, Xkal Xkal y Kan Kab Che"en. En estas dolinas inundadas (término geológico de estos cuerpos de agua) además del registro sistemático espacial, los investigadores llevaron a cabo la valoración del patrimonio cultural detectado en el interior, cuyas profundidades van desde 10 hasta 45 metros.


En el cenote Kan Kab Che"en, destacó, se hallaron 37 vasijas de uso doméstico y ritual, que se estima podrían datar del periodo Preclásico Tardío (400-250 a.C.). "Algunas son ollas ovoides de color rojo y tuvieron un uso mortuorio, como lo revelan diversas perforaciones intencionales; su forma es similar a las ánforas romanas, y sólo se habían reportado en el sitio Cuello, en Belice".


Por lo que toca a los restos humanos, la arqueóloga subacuática detalló que en los cenotes de Balmi, Canun Che"en y La Guadalupana se hallaron 12 cráneos prehispánicos de la cultura maya -cuatro en cada uno-, los cuales presentan deformación craneal y dentaria, además de fragmentos de cerámica. "En el último sitio también se hallaron dos rifles de la época colonial, de los cuales habrá que ampliar la identificación para determinar su origen (español, francés o inglés), y precisar su temporalidad, ya sea siglo XVIII o de las dos primeras décadas del siglo XIX", abundó Pedroza.


En el cenote de Xkal Xkal -con 85 metros de hondura- por la complejidad sólo se pudo hacer el registro hasta los 35 y 40 metros de profundidad, donde se detectaron algunos restos humanos y vasijas. En este caso, abundó, por las condiciones del lugar tendrán que diseñar otro tipo de logística para completar el inventario posteriormente.


Durante los trabajos de registro geográfico de los cinco pozos naturales, los especialistas del INAH no realizaron la extracción de los materiales, debido a que al estar depositados por cientos de años en un ambiente húmedo se vuelven endebles y al momento de sacarlos se pulverizan.


"Hicimos el registro dentro de los cenotes mediante diversas inmersiones y sólo tomamos algunas muestras de tiestos que serán estudiados en los laboratorios del INAH", abundó la arqueóloga de la SAS, quien destacó que esos fragmentos se examinarán por los métodos de petrografía y luminiscencia, y sus resultados servirán para diseñar un proceso de restauración que podría aplicarse en un futuro cuando se colecten los objetos.


Lisseth Pedroza comentó que los cenotes más contaminados son los que están dentro de los poblados, como el caso de La Guadalupana, en el que se aprovechó para hacer su limpieza, ya que había mucha basura, sobre todo bolsas de plástico. "Es importante crear conciencia para que la gente nos ayude a protegerlos. En la medida en que la población entienda el valor histórico, cultural y ambiental de estos contextos arqueológicos, se van a poder preservar", destacó.


Recordó que para las antiguas civilizaciones mayas los cenotes eran espacios sagrados relacionados con la fertilidad, contenedores del suhuy ha" o agua virgen, y accesos al inframundo o Xilbalba, por ende fueron puntos para la práctica de rituales asociados a la fertilidad y la muerte.


*Fuente. El Financiero

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