Ed. Alianza Editorial
Título. Los pueblos indígenas del Perú y el desafío de la conquista española Huamanga hasta 1640.
Esta obra, encuadrada dentro del género del ensayo histórico, trata de mostrarnos un cuadro de la realidad social, política y económica que tiene lugar en la región del Huamanga desde los momentos siguientes a la conquista española. El autor elude centrarse en la trillada temática de la preconquista-posconquista del imperio inca de un modo general y ofrece un estudio focalizado de un área determinada: Huamanga, el actual Ayacucho. Quizá esto, en mi opinión, a la postre es lo que genera que la obra se torne, en ciertas ocasiones, en un ensayo bastante complicado y enrevesado donde predomina el componente económico, con toda la compleja documentación que ello conlleva. A través de las 358 páginas que conforman la obra Stern, plasma la evolución de la población y de la realidad social, como poco a poco la sociedad se va moldeando a las exigencias coloniales, una vez pasada la conquista. Hace hincapié en la normativa impuesta por el Virrey Toledo, la cual significaría el gran cambio organizativo y la aparición de la mita colonial siendo este un punto de inflexión para el porvenir de los indígenas.
La imposición colonial provocó la aparición de la servidumbre y el trabajo forzoso para los indígenas, dando lugar a un cambio social que tendía hacia el sometimiento de los colonizados. Pero lejos de este ansiado sometimiento, los indígenas revindicaron sus derechos y, tal y como explica el autor, existieron grupos de resistencia ante la nueva realidad colonizadora. La situación de explotación a la que se veían sometidos los indígenas, con unos trabajos exhaustivos en las minas, con unas condiciones pésimas de vida y con unos pagos de tributos abusivos dio lugar a una reacción más "política" que guerrera, más institucional, en definitiva, más legal de los propios indígenas. Todo este campo judicial, en el cual se empiezan a mover los "colonizados", será expuesto por Stern de una manera excepcional a través de toda la documentación trabajada por el autor, citando tanto las fuentes primarias y secundarias utilizadas, introduciendo cuadros explicativos, curvas de nivel, etc a lo largo de los capítulos refentes a dichos temas. Asimismo, Stern intercala a lo largo de la obra dibujos de la época y mapas explicativos que hacen más sencillo el entendimiento de algunas de las complejas referencias que realiza, sobre todo en las referentes al mundo económico y poblacional.
A medida que los indígenas se integran más en el mundo jurídico irán consiguiendo unas leves mejoras conseguidas a través de sus revindicaciones contra aquellos casos que se consideraban abusivos, sobre todo, en el campo tributario. En este sentido el autor advierte que aunque la reacción indígena es destacable, los colonizadores, en muchas ocasiones, seguían actuando a sus anchas llegando incluso a realizar prácticas ilícitas en el campo jurídico, como queda reflejado en mucha documentación. Sea como fuere, la convivencia entre unos y otros dará lugar a que ambas partes se vayan amoldando, destacando, sobre todo, el caso indígena. Este grupo sufrirá una "europeización", surgiendo una nueva élite que tratará de tú a tú a la élite colonial, o por lo menos aparentemente. Pero lejos de que este fenómeno supusiese una mejora lo que supone es la transformación de este grupo y así los nativos, convertidos ahora en élite, pasan a tomar el papel de los colonizadores y, en muchas ocasiones, pasan a ser explotadores. Lo que nos explica Stern es que a pesar de las penalidades sufridas por los indígenas estos (el escaso número de indígenas que llegan a esta condición) toman por imitación las costumbres europeas, se reniega de lo indígena y se acepta lo foráneo como la línea a seguir, creando malestar tanto en los colonizadores como en los propios nativos.
Es decir, el afianzamiento colonial tras el inicial periodo de superposición se consigue también, en parte por el apoyo nativo. Es un fenómeno complejo, paradójico y contradictorio, hay destrucción, pero también hay creación, hay aculturación pero a su vez hay asimilación y por supuesto hay sincretismo encuadrado, sobre todo, en el aspecto religioso. Un fenómeno evolutivo que podríamos aplicar al resto de los territorios colonizados.
Como conclusión, me gustaría añadir, que la obra de Stern es un ejemplo de microhistoria local que puede ser extrapolada al contexto general del periodo colonizador. Asimismo es un ensayo recomendable para aquellos interesados en la cuestión económica y poblacional de los siglos XVI-XVII del Perú.
La imposición colonial provocó la aparición de la servidumbre y el trabajo forzoso para los indígenas, dando lugar a un cambio social que tendía hacia el sometimiento de los colonizados. Pero lejos de este ansiado sometimiento, los indígenas revindicaron sus derechos y, tal y como explica el autor, existieron grupos de resistencia ante la nueva realidad colonizadora. La situación de explotación a la que se veían sometidos los indígenas, con unos trabajos exhaustivos en las minas, con unas condiciones pésimas de vida y con unos pagos de tributos abusivos dio lugar a una reacción más "política" que guerrera, más institucional, en definitiva, más legal de los propios indígenas. Todo este campo judicial, en el cual se empiezan a mover los "colonizados", será expuesto por Stern de una manera excepcional a través de toda la documentación trabajada por el autor, citando tanto las fuentes primarias y secundarias utilizadas, introduciendo cuadros explicativos, curvas de nivel, etc a lo largo de los capítulos refentes a dichos temas. Asimismo, Stern intercala a lo largo de la obra dibujos de la época y mapas explicativos que hacen más sencillo el entendimiento de algunas de las complejas referencias que realiza, sobre todo en las referentes al mundo económico y poblacional.
A medida que los indígenas se integran más en el mundo jurídico irán consiguiendo unas leves mejoras conseguidas a través de sus revindicaciones contra aquellos casos que se consideraban abusivos, sobre todo, en el campo tributario. En este sentido el autor advierte que aunque la reacción indígena es destacable, los colonizadores, en muchas ocasiones, seguían actuando a sus anchas llegando incluso a realizar prácticas ilícitas en el campo jurídico, como queda reflejado en mucha documentación. Sea como fuere, la convivencia entre unos y otros dará lugar a que ambas partes se vayan amoldando, destacando, sobre todo, el caso indígena. Este grupo sufrirá una "europeización", surgiendo una nueva élite que tratará de tú a tú a la élite colonial, o por lo menos aparentemente. Pero lejos de que este fenómeno supusiese una mejora lo que supone es la transformación de este grupo y así los nativos, convertidos ahora en élite, pasan a tomar el papel de los colonizadores y, en muchas ocasiones, pasan a ser explotadores. Lo que nos explica Stern es que a pesar de las penalidades sufridas por los indígenas estos (el escaso número de indígenas que llegan a esta condición) toman por imitación las costumbres europeas, se reniega de lo indígena y se acepta lo foráneo como la línea a seguir, creando malestar tanto en los colonizadores como en los propios nativos.
Es decir, el afianzamiento colonial tras el inicial periodo de superposición se consigue también, en parte por el apoyo nativo. Es un fenómeno complejo, paradójico y contradictorio, hay destrucción, pero también hay creación, hay aculturación pero a su vez hay asimilación y por supuesto hay sincretismo encuadrado, sobre todo, en el aspecto religioso. Un fenómeno evolutivo que podríamos aplicar al resto de los territorios colonizados.
Como conclusión, me gustaría añadir, que la obra de Stern es un ejemplo de microhistoria local que puede ser extrapolada al contexto general del periodo colonizador. Asimismo es un ensayo recomendable para aquellos interesados en la cuestión económica y poblacional de los siglos XVI-XVII del Perú.
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