Encuentran, además, por primera vez restos de paleofauna de unos 20.000 años que convivió con las primeras poblaciones humanas de la zona
Una primera exploración en terrenos de cuevas cársticas del Valle del Cusco, en la provincia del mismo nombre donde se encuentra también el Machu Picchu (a unos 120 kilómetros de distancia), ha puesto al descubierto evidencias de pinturas rupestres, según ha podido confirmar el experto del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social), Ramon Viñas, con las primeras observaciones efectuadas. "Se trata de pinturas de trazo esquemático y está realizado en color rojo, recubiertas por capas de concreción que ponen de manifiesto cierta antigüedad, pero que dificultan captar bien su contenido. Tendremos que hacer un estudio más a fondo de las mismas para averiguar la temática representada y su filiación cronocultural".
El hallazgo se produjo durante el trabajo de campo que se llevó a cabo hace unas semanas entre un equipo científico integrado por miembros de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco y del IPHES (Instituto catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social), coincidiendo con el viaje de Eudald Carbonell e Igor Parra, director y coordinador de Proyectos Internacionales respectivamente de dicho instituto, al Perú, donde la mencionada universidad nombró Carbonell profesor honorario, equivalente a honoris causa y, a su vez, miembro activo del claustro de profesores. En el equipo internacional había expertos de diferentes disciplinas entre ellos biólogos, geólogos, químicos y botánicos, además de arqueólogos.
"Ésta es la primera vez que de una manera rigurosa se exploran cuevas cársticas del Cusco", asegura Igor Parra. "El gran problema de este valle –puntualiza- es que no hay registros arqueológicos de las primeras ocupaciones humanas, pero este equipo peruano-catalán ha conseguido poner al descubierto las primeras evidencias de pinturas rupestres en la parte más meridional del Cusco, un lugar que está muy cerca de la fortaleza inca de Sacsahuaman. Además, hemos encontrado brechas fosilíferas con megafauna y en una de las cuevas de la misma ciudad de Cusco, una hacha paleolítica".
"Estos hallazgos -prosigue Igor Parra- nos indican que toda esta zona tiene un gran potencial. Cuándo se detengan las lluvias del verano, se organizará una excavación conjunta con los científicos peruanos que abarcará más de 20 metros cuadrados, siempre con la finalidad de acercarnos al conocimiento de las primeras poblaciones del Cusco".
Las brechas donde se han localizado estos primeros hallazgos están constituidas por los materiales que se acumulan dentro de los bloques de piedra cárstica, como sucede en Cataluña en el yacimiento del Abric Romaní (Igualada-Barcelona).
Sobresalen también los restos de camélidos, concretamente de paleollamas, un animal muy típico de la zona, encontrado en la matriz de una brecha de unos 50.000 - 60.000 años, es decir, del Paleolítico Medio Superior, descubierta por Eudald Carbonell.
"Este hallazgo es también muy importante -manifiesta Igor Parra- porque hemos podido avalar la presencia de paleofauna en el Valle de Cusco, cosa que no se sabía. Es una prueba directa de una parte del tipo de fauna que con la cual convivieron las primeras poblaciones humanas del Valle de Cusco".
Una primera exploración en terrenos de cuevas cársticas del Valle del Cusco, en la provincia del mismo nombre donde se encuentra también el Machu Picchu (a unos 120 kilómetros de distancia), ha puesto al descubierto evidencias de pinturas rupestres, según ha podido confirmar el experto del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social), Ramon Viñas, con las primeras observaciones efectuadas. "Se trata de pinturas de trazo esquemático y está realizado en color rojo, recubiertas por capas de concreción que ponen de manifiesto cierta antigüedad, pero que dificultan captar bien su contenido. Tendremos que hacer un estudio más a fondo de las mismas para averiguar la temática representada y su filiación cronocultural".
El hallazgo se produjo durante el trabajo de campo que se llevó a cabo hace unas semanas entre un equipo científico integrado por miembros de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco y del IPHES (Instituto catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social), coincidiendo con el viaje de Eudald Carbonell e Igor Parra, director y coordinador de Proyectos Internacionales respectivamente de dicho instituto, al Perú, donde la mencionada universidad nombró Carbonell profesor honorario, equivalente a honoris causa y, a su vez, miembro activo del claustro de profesores. En el equipo internacional había expertos de diferentes disciplinas entre ellos biólogos, geólogos, químicos y botánicos, además de arqueólogos.
"Ésta es la primera vez que de una manera rigurosa se exploran cuevas cársticas del Cusco", asegura Igor Parra. "El gran problema de este valle –puntualiza- es que no hay registros arqueológicos de las primeras ocupaciones humanas, pero este equipo peruano-catalán ha conseguido poner al descubierto las primeras evidencias de pinturas rupestres en la parte más meridional del Cusco, un lugar que está muy cerca de la fortaleza inca de Sacsahuaman. Además, hemos encontrado brechas fosilíferas con megafauna y en una de las cuevas de la misma ciudad de Cusco, una hacha paleolítica".
"Estos hallazgos -prosigue Igor Parra- nos indican que toda esta zona tiene un gran potencial. Cuándo se detengan las lluvias del verano, se organizará una excavación conjunta con los científicos peruanos que abarcará más de 20 metros cuadrados, siempre con la finalidad de acercarnos al conocimiento de las primeras poblaciones del Cusco".
Las brechas donde se han localizado estos primeros hallazgos están constituidas por los materiales que se acumulan dentro de los bloques de piedra cárstica, como sucede en Cataluña en el yacimiento del Abric Romaní (Igualada-Barcelona).
Sobresalen también los restos de camélidos, concretamente de paleollamas, un animal muy típico de la zona, encontrado en la matriz de una brecha de unos 50.000 - 60.000 años, es decir, del Paleolítico Medio Superior, descubierta por Eudald Carbonell.
"Este hallazgo es también muy importante -manifiesta Igor Parra- porque hemos podido avalar la presencia de paleofauna en el Valle de Cusco, cosa que no se sabía. Es una prueba directa de una parte del tipo de fauna que con la cual convivieron las primeras poblaciones humanas del Valle de Cusco".
*Fuente. http://antiguaymedieval.blogspot.com/. Xornal Galicia
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