domingo, 18 de julio de 2010

Palenque, ciudad construida en el fondo de un mar fósil


Un artículo realizado por Verenise Sánchez y publicado en INAH sobre la visión del inframundo y la cosmovisión de los antiguos mayas.


Hace más de un millón de años, las grandes montañas que ahora conocemos eran superficies planas que estaban sumergidas a varios metros de profundidad y poco a poco fueron emergiendo a petición de los dioses, según cuentan los glifos mayas y mitos coloniales que todavía sobreviven.

En el tablero del Templo XIV de la ciudad antigua de Palenque se observa la representación del viaje mítico del gobernante maya Kan Balam II al Inframundo, en una época remota: 932 mil 174 años atrás. La leyenda dice que al morir Kan Balam II, en el año 702 d.C., su hermano y sucesor K’an Joy Chitam II mandó a esculpir este notable relieve. En la estela se ve a Kan Balam II en posición de danza, en compañía de su madre también fallecida, la señora Ts’ak Ahaw.

En la parte inferior del tablero hay tres niveles marcados con glifos que indican el lugar donde se encuentran madre e hijo; entre ellos se pueden observar las expresiones nab que significa “cuerpo de agua” y hets’an K’ak nab o “mar en calma”, alusivas al aspecto que tenía el mundo en esa época mítica, cuando todo era acuático, ya que los dioses aún no habían hecho emerger la tierra.

La investigación

Recientes investigaciones interdisciplinarias revelan que la cima en la que ahora se encuentra la zona arqueológica de Palenque está geológicamente conformada por capas de carbonato que se formaron cuando este espacio estaba en el fondo del mar, en el periodo del Paleoceno, hace aproximadamente 63 millones de años.

Esta y otras montañas aledañas al sitio se formaron a partir de restos de animales que quedaban depositados en el fondo del mar y con la arena que se les iba acumulando; mucho tiempo después, esos cerros emergieron.

La idea de un mundo mutante ya la tenían los antiguos mayas hace más de mil 200 años y fue a partir de las evidencias marinas que ellos encontraron en su lugar de asentamiento, como concibieron su cosmovisión del origen de la vida y el Inframundo (lugar de los muertos), según revelan nuevos estudios que realiza el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

A partir de 2007, especialistas del INAH y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) comenzaron el Estudio Arqueológico y Paleontológico de los Fósiles Marinos que proceden de Palenque, para conocer la interpretación y significado que le dieron los antiguos habitantes de esta ciudad a los restos acuáticos.

La arqueóloga Martha Cuevas, responsable del proyecto junto con el geólogo Jesús Alvarado, explicó que desde los años 50, durante las excavaciones en distintos edificios del sitio, se han encontrado depositados en contextos funerarios y rituales, fósiles correspondientes a partes del cuerpo de animales marinos, principalmente dientes de tiburón y espinas de raya.

Por ejemplo, como resultado de excavaciones en los templos de La Cruz, La Cruz Foliada y el Grupo Norte, se tienen identificadas lajas con incrustaciones de fósiles marinos, utilizadas por los palencanos como lápidas de tumbas o parte de ofrendas para sus dioses.

Hasta el momento se han descubierto 31 fósiles que datan de distintos periodos, los más antiguos corresponden al Paleoceno, hace aproximadamente 63 millones de años; estos fósiles fueron utilizados por los antiguos mayas durante el periodo Clásico Tardío (600-850 d.C.) en contextos culturales.

Para Martha Cuevas, los fósiles fueron para los palencanos la prueba más contundente de que en la antigüedad este espacio, ahora rodeado por montañas, tuvo mar, y que a partir de la actuación de los dioses emergió la tierra y se inició la era actual.

“Así mismo, advirtieron que los fósiles eran importantes porque les referían el origen de la humanidad, pero también los relacionaban con la muerte, porque creían que cuando la gente moría regresaba a su lugar de origen. “De ahí que utilizaran lajas con incrustaciones de fósiles marinos, como puertas que conducen hacia las tumbas de sus muertos o como ofrendas para sus dioses que, pensaban, estaban en ese Inframundo.”

El que hayan utilizado fósiles marinos en contextos funerarios podría relacionarse con la idea de que el inframundo, como el destino de las personas al morir, era un escenario acuático, dice la especialista.

Las evidencias nos llevan a inferir que los mayas creían que el Inframundo era el mar; quizá no la idea de océano que ahora tenemos, sino más bien un mar fósil, deducido a partir de los restos paleontológicos encontrados y que los mayas interpretaron como el espacio donde se originó la vida y que luego los dioses hicieron emerger, finalizó Martha Cuevas.

*Fuente. INAH






No hay comentarios: