martes, 5 de mayo de 2009

Descubriendo Calakmul XII. Restos Arqueológicos

*Distribución arqueológica de Calakmul presentada en la publicación Arqueología Mexicana.

-Estructuras-


Tras el descubrimiento inicial de los restos de la urbe por Cyrus Llundel a comienzos del siglo XX, los estudios sobre la misma fueron decayendo. Aún así, el hallazgo de grandes estructuras mantuvo viva el ansia de conocer más sobre esta potencia, lo que dio lugar a los posteriores trabajos desarrollados por distintos investigadores. La cantidad de grandes construcciones que presenta Calakmul supera a muchos otros centros, unas estructuras que se van disponiendo a lo largo de la selva configurando el mapa de la urbe; un mapa urbanístico en el que destacan, entre otras estructuras, la red de suministro de agua y los caminos que se encuentran diseminados por todo el territorio, poniendo de relevancia la importancia que tuvo la inversión en obras públicas para los gobernantes de la urbe. Tristemente a pesar de los descubrimientos que se han realizado en Calakmul, destacando, sobre todo, los trabajos realizados por el llamado Proyecto Calakmul, dirigido por Ramón Carrasco Vargas, todavía hay instituciones que, conscientemente o no, siguen obviando la importancia de este centro y mantienen las tradicionales concepciones en cuanto a los sitios arqueológicos principales del área maya[1]. Lo cierto es que tras los trabajos dirigidos por Folan en los años 90 se ha considerado que Calakmul es uno de los centros mayas más importantes, declarado como patrimonio de la humanidad desde 2002, sus más de 40 kilómetros cuadrados dan fe de la importancia de una urbe que fue superior a Tikal tanto en tamaño como en poder (según la época). Finalmente, no podemos olvidar que en torno al año 2006 los investigadores consideraron que, hasta dicha fecha, los trabajos de excavación sólo habían llegado al 4% del total del complejo arqueológico, sin duda queda todavía mucho por hacer.


Caminos, canales y pantanos.


En cuanto a este tipo de estructuras, se han hallado hasta el momento unos cinco recintos naturales para la acumulación de agua, entre ellos uno de medidas espectaculares 244x212 metros que se encuentra situado a dos kilómetros al norte del centro de la ciudad. La distancia a la que se encuentra este recinto favorece la creación de comunidades adyacentes las cuales se comunicaban con el centro a través de caminos y que, posiblemente, utilizaban canales para el abastecimiento de agua. A semejanza de otras de las grandes culturas precolombinas, la construcción de caminos favorecía la comunicación y el traslado de población, materiales, etc. En 1995 Folan y Rosario Domínguez[2] realizaron una clasificación de 4 tipos diferentes de aguadas en Calakmul:

  1. Aguadas grandes de tipo público
  2. Aguadas medianas de tipo público
  3. Aguadas pequeñas de tipo público
  4. Aguadas vecindales
Algunas de estas se comunicaban mediante canales. La labor que cumplían estas aguadas era, sobre todo, doméstica aprovechándolo para las labores de siembra. La manera en la que estas aguadas se iban rellenando era mediante la recogida del aguada de las lluvias y, seguramente, por las filtraciones del suelo


De los caminos, sac beob o sacbé, se han llegado a identificar unos 15 tipos que comunicaban a Calakmul con otras zonas y también vías dentro de la propia urbe. El estudio de este tipo de estructuras es muy complicado y está condicionado debido a que en muchos casos los únicos restos que se conservan son escasas piedras que hacen muy ardua la identificación correcta de los mismos. Aún así, los investigadores diferencian varios tipos de caminos:

  1. Estatales
  2. Regionales
  3. Urbanos
  4. Vecindarios
De entre todos estos caminos destaca el denominado Sacbé 5[3], un camino de tipo regional el cual abarcaba unos 40 kilómetros de distancia uniendo Calakmul con El Mirador. Por lo que el estudio de estos caminos nos ayuda a comprender mejor la compleja red de relaciones socio-políticas que se establecía entre las ciudades-estado de la época.


Edificios, una introducción al espacio urbano.


Para comprender la distribución del espacio urbano debemos tener en cuenta varias premisas presentes en la arquitectura mesoamericana, la relación entre el hombre y la naturaleza que le rodea y el factor religioso; algo que será fundamental al establecer el plano urbanístico. De esta manera podemos hablar de centros político-religiosos en los que la simbología religiosa parece estar muy presente. Así los investigadores han concluído que el plano de Calakmul parece representar ciertos aspectos sagrados, por ejemplo, el eje norte-sur de la plaza central donde la superficie sería el mar primordial mientras que las estructuras piramidales representarían las montañas sagradas donde residen los ancestros. Las escalinatas que descienden de estas estructuras representarían simbólicamente el camino entre el mundo de los hombres y el mundo divino al que se podría acceder a través de pasos simbólicos[4]. En la gran urbe además de estructuras de tipo religioso encontramos también áreas residenciales de las clases dirigentes, zonas cuyo acceso era restringido, son las identificadas como Wac Ahau Nah, Ytsiaal Caan, Chan Ch´ich. La cantidad de habitaciones nos muestra el elevado número de integrantes que debieron conformar estas familias, además, es probable que en estas zonas se alojaran a los representantes de los estados subordinados que visitaban la ciudad bajo asuntos administrativos, políticos, etc. Estas unidades habitacionales nos están dando información sobre el ordenamiento urbano basado en una sistema de organización política en el que cada grupo familiar, o por lo menos las élites, establecían un control para el acceso a sus residencias.


El espacio territorial de Calakmul está repartido de una manera dispersa a través de cinco grandes complejos organizados en torno a la Gran Plaza central; en esta zona es donde se construirán las dos grandes pirámides durante el Preclásico y es donde se desarrollará la vida pública de la ciudad hasta el Clásico Tardío, momento en el que parte de la vida política y religiosa se ve trasladada a la llamada Gran Acrópolis. El terreno queda dividido en un centro nuclear donde se desarrolla la mayor parte de la actividad política, económica y religiosa con barrios conectados con este centro mediante calzadas de tipo urbano. Aunque la labor funcional de la Gran plaza parece que se mantiene lo cierto es que el cambio de ubicación del “centro neurálgico” de Calakmul da muestras de la importancia que adquieren las familias reales y cortesanas pues es en esta nueva ubicación donde se situarán muchos de los edificios más representativos donde también han sido localizadas unidades residenciales, ejemplificando el cambio que se produce, a todos los niveles, en la urbe.



[1] Por ejemplo FAMSI, Fundación para el avance de los estudios mesoamericanos, INC, continúa sin incluir a Calakmul dentro de su clasificación de sitios de especial relevancia, quizá debido a que no han renovado la documentación.

[2] Domínguez, María del Rosario y Folan, William, “Calakmul, México: Aguadas, bajos, precipitación y asentamiento en el Petén campechano”. IX Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1995.

[3] Folan, William J, May Hau, Jacinto, González Heredia, Raymundo, Marcus, Joyce y Millar, Frank W. Los caminos de Calakmul, Campeche”. Ancient Mesoamerica, Nº 12. 2001. Pág. 293-298. En esta publicación se nombra al Sacbé como Sacbé 5 mientras que en 1995 Domínguez y Folan se referían a él como Sacbé 6 en Domínguez, María del Rosario y Folan, William, “Calakmul, México: Aguadas, bajos, precipitación y asentamiento en el Petén campechano”. IX Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1995. Finalmente he optado por referirme al Sacbé como 5 al ser la referencia más moderna y posiblemente la más revisada.

[4] Carrasco Vargas, Ramón, “Mayas de Campeche”. Arqueología Mexicana, Nº 16, Marzo-Abril 1996. Según este autor, “…la relación espacial entre el juego de pelota y el pasadizo de la Estructura XIII, posiblemente, prefigura uno de estos arreglos simbólicos, aquel donde los gemelos del Popol Vuh bajaron al inframundo para participar en el juego de pelota con los señores del Xibalbá.”.

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