Lo que me propongo a escribir en esta entrada es una liviana reflexión sobre la controvertida figura de Jesús de Nazaret. Dado mi escaso conocimiento de este árido tema, me limitaré a exponer, brevemente, una serie de cuestiones fundamentales y claves, básicas, para el estudio del Jesús histórico.
Uno de los principales problemas con los que nos encontramos a la hora de comenzar un estudio sobre esta figura reside en el tema de las fuentes. La gran mayoría de las fuentes que podemos utilizar son confesionales, es decir, el estudio se encuentra “viciado” desde sus inicios por unas fuentes que delimitan el camino a seguir. En este sentido no podemos quedarnos sólo en lo superficial sino que debemos ahondar en la cuestión. Teniendo en cuenta que la mayoría de las fuentes que se pueden utilizar provienen de ámbitos cristianos es nuestra labor ser capaces de discernir aquello que queremos estudiar, el Jesús histórico, que no el Jesús divino, aquel que depende de la fe. Salvando este primer escollo, es cierto que contamos con las llamadas “fuentes paganas”, referencias directas o indirectas romanas, judías, etc. Entre los autores romanos podemos destacar a Plinio el Joven quien en el año 112 escribe una carta al emperador Trajano en la que hace referencia a los cristianos, aquellos que adoraban a Cristo como Dios. En este sentido Suetonio establece otra referencia nombrando a Chrestos en el contexto de las revueltas judaicas pudiendo identificarlo como Cristo aunque realmente no tenga porque ser así puesto que Chrestos era un nombre griego muy frecuente en la época. Indirectamente, Tácito menciona a los cristianos durante el reinado de Nerón. Entre las fuentes judaicas, Flavio Josefo, uno de los principales autores historiográficos, hace una serie de referencias, entre ellas una muy breve refiriéndose a Jesús como hermano de Jacob, muerto en Jerusalén y otra conocida como el testimonio flaviano. Según este autor, Jesús es un Fariseo, es decir, un judío no cristiano, pero en este testimonio, Flavio Josefo, nos habla de mesías y es en este sentido donde surge la duda porque si se supone que Jesús es Fariseo, la afirmación de Josefo carece de sentido, por lo que se dice que este testimonio de Flavio Josefo, o por lo menos algunas de sus partes, han sido modificadas posteriormente fehacientemente por escribas cristianos. Hoy en día, éste, es un debate que sigue latente y los especialistas de todo el mundo continúan analizando la cuestión; de hecho, una postura minoritaria es aquella que defiende que todo el texto es una falsificación basándose en la utilización, a lo largo de todo el documento, de palabras que Flavio Josefo no utiliza nunca en ninguna de sus otras obras y apuntan, como posible autor, a Eusebio de Cesarea, primer historiador cristiano.
Ananías era un saduceo sin alma. Convocó astutamente al Sanedrín en el momento propicio. El procurador Festo había fallecido. El sucesor, Albino, todavía no había tomado posesión. Hizo que el Sanedrín juzgase a Santiago, el hermano de Jesús, y a algunos otros. Los acusó de haber transgredido la ley y los entregó para que fueran apedreados.
Antigüedades judías, 20.9.1
"Por este tiempo apareció Jesús, un hombre sabio (si es que es correcto llamarlo hombre, ya que fue un hacedor de milagros impactantes, un maestro para los hombres que reciben la verdad con gozo), y atrajo hacia Él a muchos judíos (y a muchos gentiles además. Era el Cristo (el Mesías)). Y cuando Pilatos, frente a la denuncia de aquellos que son los principales entre nosotros, lo había condenado a la Cruz, aquellos que lo habían amado primero no le abandonaron (ya que se les apareció vivo nuevamente al tercer día, habiendo predicho esto y otras tantas maravillas sobre Él los santos profetas) La tribu de los cristianos, llamados así por Él, no ha cesado de crecer hasta este día".
Pasaje 18,3,3.
Otra de la fuentes utilizadas en el estudio histórico de Jesús, es el Talmud en el que aprecen referencias a Jesús. Se sabe que muchos de los escritos que forman el Talmud son muy antiguos pero es una fuente que es muy difícil de datar y ahí reside su principal problema. Entre los comentarios que encontramos en el Talmud destaca aquel que hace referencia a Panthera, que puede que haga referencia a Jesús (en cuanto a la tradición de Ben Pantera), siendo por tanto el padre de Jesús un soldado romano tras violar a una joven judía. El relato parece provenir de una tradición muy antigua pues se conoce una obra pagana del siglo II en la que se pone en boca de un judío una historia parecida, por lo que quizá apunte a una cierta base real. En algunos pasajes del Talmud también aparece Jesús representado como un mago (unas artes mágicas que las conocería tras sus viajes por Egipto) para explicar, por un lado, los milagros atribuídos a Jesús y, por otro, se da una explicación a su muerte como castigo tras ser acusado de brujería por lo tanto, su muerte sería justa.
Realmente, la única fuente que poseemos que haga referencia directa a Jesús son los Evangelios, con los consabidos problemas de autoría, de ahí la dificultad que conlleva el estudio del Jesús histórico. ¿Cuándo tienen lugar los Evangelios? Lo que parece claro o por lo menos, una de las ideas más defendidas, es que cuando Jesús es crucificado los evangelios no tenían razón de ser, no eran necesarios. Pero una vez que comienza la predicación utilizando dichos, supuestamente propios de Jesús, va a ir siendo cada vez más vital recoger por escrito una tradición que oralmente estaba siendo desvirtuada. Con el paso del tiempo la historia va mudando por lo que empiezan a ser muchas historias con un fondo común y así finalmente se recogerán por escrito y se ordenarán temáticamente conformando lo que conocemos en la actualidad como Evangelios. Entonces, ¿lo que conocemos como Evangelios, es una secuencia real de hechos y dichos propios de Jesús? Sea como sea el conocimiento de la secuenciación real, lo desconocemos. Por otra parte, parece claro que en el proceso de construcción de los evangelios, los hechos se revisaron y se readaptaron a las situaciones y circunstancias de la época por lo que muchas de las acciones atribuídas a Jesús, fueron inventadas conscientemente con la finalidad de hacerle cumplir profecías establecidas. En este sentido destaca la tradición que nos relata la entrada de Jesús montado en un burro, una tradición que esconde el cumplimiento de una profecía según la cual el descendiente del rey David entraría en Jerusalén en un burro. ¿Era Jesús consciente de esta profecía y la cumple o es meramente una invención de los evangelistas para cumplir la profecía con la figura de Jesús?. Dejemos de lado el estudio de los evangelios cuya problemática es tan enrevesada que la intentaré analizar en otro momento, lo que sí me gustaría dejar apuntado es que, debemos tener en cuenta que a medida que pasaba el tiempo los evangelistas iban revisando y modificando los contenidos e incluso llegan a retirar hechos que consideraban embarazosos o que podían dar lugar a una problemática doctrinal.
-Nacimiento de Jesús-
Si seguimos lo expuesto por los evangelistas, Mateo afirma que nace en época de Herodes el Grande pues nos habla de su hijo Arquelao. Herodes organizará la matanza de infantes en Belén y los padres de Jesús huirán a Egipto. Una vez allí un ángel les avisa de que pueden volver, en un momento en el que reina el hijo de Herodes, Arquelao y se van a Galilea, donde también reinaba otro hijo de Herodes. Sabemos que Herodes muere antes del año 4 ac y a su muerte su reino se divide entre Herodes Antipas y Arquelao.
Por su parte Lucas afirma que Jesús nace en Belén, asociado a una profecía de la realeza davídica y que emigran de Galilea a Belén debido al censo que se realizaba en Galilea marchándose a Belén porque José descendía de la casa de David. Quien impone el censo de Galilea era Cirino, que era el gobernador de Siria en aquellos momentos y he aquí donde reside el problema. Mateo afirma que Jesús nace con Herodes el Grande y Lucas dice que es bajo el mandato de Cirino quien no será nombrado hasta el siglo VI dc, 10 años después de la muerte de Herodes, por lo tanto es imposible. Según Lucas la marcha a Belén se debe a que como José era de Judea deben irse de Nazaret (Galilea) a Belén (Judea) para empadronarse allí. Salvando el error de que durante la época de Herodes el gobernador de Siria era Varo y no Cirino no podemos dejar pasar otro “error” y es que Galilea no era provincia romana y por ello el censo no influía a la gente de Galilea, así que Nazaret al pertenecer a Galilea era independiente de Roma, por lo que el relato de la huída carece de sentido. Además, el censo romano se hacía en el lugar donde se residía y donde se tenían las propiedades, el censo no tenía en cuenta ni el lugar de nacimiento o el origen familiar. El censo no se realizó hasta el siglo VI dc, algo falla… Sabido esto, el nacimiento de Jesús pudo producirse en algún momento entre el -4 y el 6 dc en Nazaret. Fue bautizado por Juan el Bautista, se sabe que reunió a sus discípulos, que enseño en villas y aldeas de Galilea pero no en ciudades. Parece cierto que divulgó la llegada del reino de Dios y que alrededor del año 30 entra por la Pascua en Jerusalén. En este mismo año se producen los disturbios en el área del templo, es arrestado por el Sumo Sacerdote siendo ejecutado por orden de Poncio Pilato, prefecto de Roma.
-Predicador-
Parece que Jesús siempre predicó para Israel, un predicador de masas Galileo que no propone la superación de la vieja religión establecida sino que se mantiene en los márgenes del judaísmo pero con una serie de matizaciones. Jesús actuaba como un profeta autónomo cuya autoridad no estaba supeditaba a ninguna autoridad humana como otras figuras de la época. Por ello podríamos afirmar que no tenía la intención de fundar una religión universal. Siguiendo muchos relatos de los evangelios veremos como hay un conflicto entre algunas de las predicaciones de Jesús y la ley judaica establecida. En Mateo 8, 18-22 la enseñanza de Jesús choca con la ley judaica ya que en ese momento era obligatorio enterrar a los muertos, hasta tal punto que incluso los sacerdotes, aquellos a quienes se le prohibía acercarse a muertos y cementerios, podían enterrar a un muerto si nadie más lo podía hacer.
Al verse rodeado de tanta gente, Jesús mandó a sus discípulos que cruzaran a la otra orilla. Entonces se aproximó un escriba y le dijo: “Maestro, te seguiré a donde vayas”. Jesús le respondió: “Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”. Otro de sus discípulos le dijo: “Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre”. Pero Jesús le respondió: “Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos”.
Cabe destacar otro elemento curioso de este diálogo, la predicación que nos está mostrando Mateo va en contra de uno de los mandamientos judíos, honrar a los padres. Esto puede significar, en mi opinión, que Jesús está dejando claro que tanto él como su llamada son tan importantes que incluso habría que dejar la ley, la familia, etc y seguirles. Existen otros ejemplos que ponen de relevancia el conflicto entre algunas de las “imposiciones” de Jesús con aquellas leyes establecidas como puede ser en cuanto a la actividad durante el Sabbat, el día de ayuno, purificación dietética, etc. En cuanto a los discípulos, parece ser que eran realmente 12 destacando entre ellos Pablo de Tarso. Puede ser que Jesús hablase de 12 aunque no tuvieron porque ser 12 todo el tiempo, además hay que tener en cuenta la simbología que albergaba este número doce, pues 12 eran las tribus de Israel, por lo que podría ser un elemento simbólico tomado por la iglesia primitiva. En caso de ser así, Judas también sería entronizado en la restauración de las 12 tribus de Israel, por lo que este dicho tuvo que ser anterior a la tradición de Judas (como “traidor”) y se perpetuó en el tiempo.
-Títulos-
A medida que la figura de Jesús iba cobrando mayor importancia muchos de los títulos atribuídos obtienen un rango divino que en su origen no tenían, por lo tanto no sabemos si son títulos atribuídos por sí mismo o bien por influencias posteriores. Son varios los títulos con los que se le nombra:
· Señor. Era usado para personas de autoridad en la familia o sociedad, es decir, reyes, gobernadores, etc. En otras ocasiones puede ser sinónimo de maestro y de hecho en dialecto babilónico designaba a los rabinos. En el relato Abba Hilkiah se utilizaba para designar a las personas con la capacidad de realizar milagros.
· Mesías. Este término significa ungido y su traducción al griego es Christos. Será Pablo de Tarso quien unirá el nombre de Jesús a Christos. Sólo tres tipos de personas eran ungidas, los sacerdotes, los reyes y los profetas. En la tradición judaica el término Mesías hacía referencia a descendiente de David y caudillo político-militar. Existe una gran discusión en torno al tema de si Jesús se consideraba a sí mismo como Mesías puesto que, cuando Jesús es interrogado ante el tribunal del sumo sacerdote en Marcos responde que sí que es el Mesías, en Lucas elude la pregunta y en Mateo parece que lo niega.
· Hijo de Dios. El sentido cristiano de este título es claro, pero ahora bien, en la época de Jesús su sentido varía teniendo muchas significaciones menos la atribuída por los cristianos. Sirvan como ejemplo dos referencias: En el antiguo testamento, el título es utilizado de una manera general a todo el pueblo de Israel. De manera más concreta, hijos de Dios serían los reyes de Israel. Para colmo, de nuevo en los Evangelios surgen diferencias y mientras Mateo afirma dicho título, Lucas y Marcos no.
· Hijo del hombre. Tiene distintos significados designando al propio profeta, a Israel en su representación angelical, etc.
-Final-
Según los sinópticos, Jesús realizaría un solo viaje a Jerusalén y en menos de 1 semana ya estaba muerto. En Jerusalén, aunque gobernaba el Sumo sacerdote, al ser una provincia romana con el poder establecido era Poncio Pilatos, prefecto de Roma quien tomaba las decisiones finales en cuanto a orden y seguridad. Cuando Jesús viaja a Jerusalén durante la pascua, coincidiendo con el periodo de festividad ritual judío en el que se rememora la liberación de Israel de la esclavitud bajo Egipto, Roma había movilizado a la zona un gran número de tropas por el tumulto que se formaba durante esa época debido al fuerte contenido político que albergaba dicha celebración. Cuando Jesús llega a Jerusalén en un burro, según Mateo y Lucas a Jesús la masa le aclama como rey e hijo de David (cumpliéndose así la profecía de la que habla Zacarías). Posteriormente entrará en el templo donde se producen disturbios, parece que inducidos por Jesús, como el destrozo de los bancos de los mercaderes, etc, un acto relacionado con elementos escatológicos judíos, la renovación del templo de Jerusalén tendría lugar tras haber sido destruido. De hecho ¿no fue una de sus predicaciones que no dejaría piedra sobre piedra que no fuese tirada?. A continuación cena con sus discípulos y afirma que no beberá vino hasta que no beba de nuevo en el reino de Dios. Posteriormente es arrestado por los guardias del sumo sacerdote y llevado ante su consejo, donde es acusado de amenazar con destruir el templo (aunque los evangelios niegan esto). Jesús afirma ser el hijo de Dios y es condenado por blasfemia. Es llevado ante Pocion Pilatos quien ordena su crucifixión por afirmar ser el rey de los judíos. Esta sería la secuencia de hechos de los momentos finales de Jesús.
Entonces, ¿por qué fue realmente arrestado y ejecutado?. Dos son los acontecimientos que marcarían el devenir de la historia conocida, la entrada en Jerusalén y el problema con los mercaderes del templo. Se nos explica que durante su entrada en Jerusalén es aclamado como rey e hijo de David, unos títulos por los que finalmente será condenado. ¿Por qué no tiene lugar en ese momento su arresto?, sabemos que en esos días había un alto número de tropas romanas desplazadas en la zona y si, según nos cuentan las fuentes, la entrada causó tal tumulto, que mejor ocasión para detenerlo… o quizá es que no fue tanta la cantidad de gente que le aclamó como para llamar la atención de las autoridades o porque quizá perdieron de vista a Jesús entre tanta cantidad de gente…¿o una mezcla de ambas?. Sea como fuere el otro detonante, el conflicto con los cambiantes de dinero es presentado por los evangelistas como una purificación del templo, pero tenemos que tener en cuenta varios detalles que dan un giro a la historia. La ley religiosa del momento exigía la ofrenda de muchos sacrificios y entre los requisitos estaba el que decía que fuesen inmaculados, es decir, que el animal sacrificado fuese apto para la ceremonia. Por ello la práctica más normal era la compra de dichos animales en Jerusalén, animales ya examinados previamente y considerados aptos por los sacerdotes, lo que quiere decir que los mercaderes del templo estaban favoreciendo y agilizando la realización de todos los sacrificios que tenían lugar durante la festividad. Además, anualmente, había que pagar una tasa al templo, una tasa con una moneda específica, con una aleación característica y por ello la presencia de cambiantes de dinero en el templo favorecían y facilitaban esta labor. Hay muchos autores que consideran que este episodio de los cambiantes de dinero pertenece a un periodo posterior, si esto fuera así, la destrucción realizada por Jesús tomaría otro cariz. Recordemos que la idea de purificación viene de la cita de Jesús al denominarlo: cueva de ladrones. Posiblemente Jesús no tuviese en mente la destrucción práctica del templo sino más bien simbólica del mismo.
La siguiente acusación a la que se enfrenta, es a la de afirmar ser rey de los Judíos. En los evangelios se sostiene que la acusación por la cuestión de la destrucción del templo era falsa, pero también es cierto que Jesús en los evangelios realiza una especie de amenaza contra el templo con la afirmación que más arriba he reproducido, aquella en la que dice que: no se dejará piedra sobre piedra. En cualquier caso es de suponer que Kaiffas, el Sumo sacerdote, sabría que Jesús no contaba con un ejército con el que pudiese destruir el poder establecido por lo que quizá lo que provocó el arresto de Jesús, fuese realmente el miedo ante una posible revuelta espontánea de dimensiones bastante catastrofistas (si se diese) teniendo en cuenta el periodo en el que estamos y por ello éste sea el principal motivo que dio lugar al arresto de Jesús, sobre todo, para evitar que Poncio Pilatos y sus fuerzas entrasen en acción y reprimiesen con la dureza habitual a la población.
En cuanto al juicio de Jesús, las largas audiencias a las que se aluden en los evangelios, probablemente no fuesen así sino que fuese más bien, lo que hoy llamaríamos como juicio rápido. Como he explicado en el apartado de títulos atribuídos a Jesús, el termino Hijo de Dios, varía con el paso del tiempo y por ello el episodio en el que Jesús asume ser hijo de Dios lo que provoca la posterior reacción del Sumo sacerdote y sus acólitos gritándole blasfemo no tiene sentido en el contexto judaico de la época, sino que no será hasta tiempo después cuando si lo tenga con el valor que la iglesia primitiva le concede a ese título. Lo que defiende una gran parte de la comunidad histórica y especialistas en la materia es que lo más probable es que la acusación por la que es ejecutado, rey de los judíos, es el motivo principal y real. Jesús sería un alborotador, quien ya había mostrado su rebeldía en el templo y Pilatos temía una revuelta a gran escala. Esta visión de la historia es borrada por completo por los evangelistas quienes no quieren que aparezca la figura de Jesús como un incitador y es por ello por lo que reducen el tono y las responsabilidades de su ejecución aceptando como verdadera la idea de blasfemia y reduciendo la acusación a traición.
Como conclusión debemos tener en cuenta que en estos momentos la iglesia cristiana se iba haciendo paso en el mundo romano y lo que no interesaba era tener más dificultades. Finalmente, no debemos olvidar dos de los elementos que conocemos y que los evangelistas no pudieron ocultar, si la acusación fuese de blasfemia, el castigo era ser lapidado y quien la ordenaba era el Sumo sacerdote; en cambio, el prefecto Poncio Pilatos, nunca actuaba en causas religiosas pero sí en causas de rebeldía y de conflictividad social, cuyo castigo final era la crucifixión.