Se descubre el friso más espectacular hasta ahora visto. Durante el mes de julio 2013, en Holmul, un yacimiento arqueológico maya precolombino, localizado en el noreste de la región del Petén, se dio a luz una pirámide maya del año 600, ricamente decorada con imágenes de dioses y gobernantes y una larga inscripción dedicatoria.
El hallazgo fue realizado por el arqueólogo guatemalteco Francisco Estrada-Belli y su equipo, durante la búsqueda de indicios relativos a una tumba encontrada en la temporada anterior.
Las investigaciones actuales fueron llevadas a cabo con el aval del Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala y financiadas con fondos de la fundación guatemalteca PACUNAM y las fundaciones estadounidenses Alphawood, Maya Archaeology Initiative, National Geographic Society y el aval académico de la Universidad de Boston.
Sobre el hallazgo
El entierro contenía los restos de un individuo acompañado por 28 vasijas cerámicas y una máscara de madera, lo cual llevó a pensar que pudo haber sido un gobernante o miembro de la elite de esta ciudad; sin embargo, indicios relativos a su identidad y las circunstancias históricas en las cuales vivió fueron proporcionados por el reciente descubrimiento del friso decorativo en el edificio asociado a la tumba.
El friso o relieve estucado se extiende por 8 metros de largo y 2 metros de alto en la parte superior del edificio rectangular a unos 10 metros arriba de la plaza. La composición incluye tres personajes principales vistiendo ricos atavíos de plumas de quetzal y jade, sentados sobre cabezas de monstruos witz (cerro).
El personaje central se identifica como Och Chan Yopaat por los signos jeroglíficos en su tocado y en el texto debajo de su imagen. Desde la boca del monstruo central se desprenden serpientes emplumadas de las cuales emergen los ancestros y cerros laterales. Entre ellos están las figuras de dos dioses ancianos, otorgándole al personaje central un objeto identificado por un signo jeroglífico como “primer tamal”.
Arriba de los personajes corre una banda de símbolos astrales conocida como ‘banda celestial’ que indica que las figuras representadas se encuentran en el mundo celestial de dioses y ancestros.
Este es un hallazgo extraordinario que solo una vez se da en la vida de un arqueólogo. Es una gran obra de arte que también nos proporciona mucha información sobre la función y significado del edificio, lo cual era el enfoque de nuestra investigación. Teníamos la esperanza de encontrar algunos indicios sobre el porqué de este edificio y de su entierro pero algo así va mas allá de cualquier expectativa, expresó Francisco Estrada-Belli.
El Friso representa la imagen de dioses y gobernantes divinizados y da sus nombres. El texto dedicatorio abre una ventana sobre una fase muy importante en la historia de la época Clásica, comparte el investigador.
La inscripción se compone de unos 30 signos jeroglíficos en una banda que corre en la base de todo el relieve. El texto, de difícil lectura por su antigüedad, fue descifrado por Alex Tokovinine epigrafista de la Universidad de Harvard y colaborador de este proyecto de investigación. Tokovinine afirma que el edificio fue dedicado por Ajwosaj, rey de la vecina ciudad de Naranjo y vasallo del poderoso Reino Kan.
Además, se afirma en la inscripción que Ajwosaj “puso en orden” una serie de dioses locales y un posible gobernante local, llamado Och Chan Yopaat, “el rayo entró al cielo”.
Este texto afirma muy claramente algo que antes solamente podíamos suponer. Se sabía que Holmul en el siglo quinto tuvo relación con Tikal junto a la llegada de guerreros teotihacanos al área maya. Sucesivamente, suponíamos que Holmul había entrado en la esfera de influencia de Naranjo, la cual había sido involucrada en guerras y alianzas en contra de Tikal, encabezadas por el Reino Kan.
Pues ahora este texto, nos cuenta de una forma muy explícita que Naranjo intervino de una forma directa para establecer una dinastía más aliada al Reino Kan en un centro como Holmul, tan cercano a Tikal (35 km) durante la fase inicial de la época de conflictos con Tikal, en el sexto y séptimo siglo de nuestra era.
El equipo de investigación espera regresar al área en los próximos meses para continuar la investigación y preservar este importante edificio como recurso para el turismo, finalizó Estrada-Belli.
*FUENTE. PACUNAM