Las excavaciones llevadas a cabo en la última semana en las fuentes termales de As Burgas (Ourense) han dejado al descubierto un curioso hallazgo: la primera piscina monumental de agua caliente que fue utilizada como balneario con fines terapéuticos, construida en el siglo I por los romanos. El arqueólogo coordinador de la excavación, Celso Rodríguez Cao, ha explicado hoy los hallazgos a concejales del PP y del BNG y al alcalde en funciones Alexandre Sánchez Vidal y relató que los restos hallados muestran una continuidad del culto al agua desde antes de los romanos y hasta la actualidad en diversas formas.
Ese culto comenzó con el dios indígena Reve Anavaraego, según explicó, asumido por los romanos, que lo incluyeron en sus inscripciones junto con dioses propios, como «ninfas» y «Calpurnia Habana», tal como muestras varias «aras» (ofrendas en forma de altar de piedra) halladas en Ourense. De esa época son también, según Cao, los restos de dos botellas de cristal destinadas al transporte de aceite y otros líquidos entre Galicia y el resto de la Península, cerámicas tipo «sigilata» cuya forma y sellos de fabricación permiten saber cuándo y dónde se fabricaron -algunas en La Rioja-, todo ello «relacionado con el balneario y el ambiente termal de esta zona».
Sobre la piscina romana «de carácter más monumental que las halladas en Lugo», subrayó, se hallaron estratos que muestran el abandono del uso balneario y un nuevo edificio del siglo II que pudo ser la instalación doméstica de un baño medicinal y termal, aprovechado también para dar calor a toda la estancia con un sistema de calefacción con horno de leña y pilas y arcadas de ladrillo. Entre los ladrillos, alguno presenta una marca en forma de onda cuya procedencia está en estudio, ya que no tiene antecedentes, por lo que una geóloga fue enviada a Roma para indagar su procedencia.
Documentación
La instalación romana para aprovechar el agua termal fue abandonada en los siglos IV y V, cuyos estratos muestran la existencia de una calzada sobre el antiguo camino romano, utilizado luego por los peregrinos para llegar hasta las pozas termales y conocido como Camino de la Reina Santa. Documentación de varios archivos, según Cao, indica que existió un balneario para hombres y otro para mujeres en este lugar, a pesar de que el clero de la catedral intentó eliminar estos usos del agua termal.
«En toda la Península se conservan pocos vestigios de la actividad balnearia medieval y los de Ourense se suman a otros pocos descubiertos», señaló el especialista. De esa época también son los restos de una puerta en la muralla de la ciudad, utilizada por los panaderos para recoger agua caliente para elaborar la masa, a pesar de que el manantial se encontraba fuera del recinto amurallado. También son medievales una pequeña figura negra del siglo XIV, que reproduce a un peregrino en un rosario cuyas cuentas tenían forma de concha de vieira, semejante a otro hallado en Fisterra y vinculado al camino medieval de peregrinación hasta la ciudad de As Burgas.
*Fuente. La Voz de Galicia
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