Castilleja de Guzmán pudo ser hace cerca de cinco milenios una dehesa arbolada perfecta para el cuidado -y engorde- del ganado porcino. Y todo después de realizar el mayor hallazgo de figuras de animales del suroeste de Europa, donde predominan como imagen el cerdo.
Si, hasta hace escasas fechas, todos las pruebas apuntaban a que el Aljarafe basó su producción en el cultivo del cereal en el Calcolítico (en el tercer milenio antes de Cristo), las últimas excavaciones arqueológicas en el dolmen de Montelirio permiten, al menos, rebatir esa teoría mantenida durante tanto tiempo.
El grupo de arqueólogos que trabajan en el dolmen, situado en Castilleja de Guzmán, hallaron en el último mes hasta una decena de piezas de marfil en forma de cerdo y otras seis que representan bellotas. El hallazgo se considera "insólito" no sólo por la peculiaridad de estas figuras -en el sureste de Europa sólo hay dos figuras de cerdos que se localizaron en un yacimiento de Évora (Portugal)- sino por aparecer en la cornisa del Aljarafe, lo que da a entender que "no sólo vivían del trigo", según explicó ayer el director de los trabajos, Álvaro Fernández. La teoría se sustenta en que, en los dólmenes, siempre se recogen, al lado de las víctimas, enseres que simbolizaban el bien productivo de cada familia. En el caso de ésta, el cerdo es predominante, en vez de representaciones del cereal, que no aparece ni por asomo. El coordinador del yacimiento, Vicente Aycart, reconoció que estas figuras "son una representación de la riqueza de esta familia".
Pero no fueron sólo éstas las figuras junto a la cámara en la que se alojaban los huesos del único varón de los 16 cadáveres descubiertos hace dos años. De este habitáculo también se han rescatado otras figuras zoomorfas, como una que representa a un ave, otra que se asemeja a un peine de marfil y hasta una que parece un ratoncillo, pero que los arqueólogos no lo pueden confirmar. "Es la mayor colección de figuras zoomorfas de las península ibérica", indicó el director de los trabajos después de consultarlos con otros expertos.
Igualmente, en el pasillo del dolmen se han seguido encontrando puntas de flechas. De la treintena registrada se ha pasado en poco más de un mes a 113, que estaban esparcidas en dos altares a modo de ofrenda.
Las incógnitas están ahora en si, como se sospecha, el suelo en el que ahora está el municipio era, hace cinco milenios, un lugar plagado de encinas y alcornoques, es decir, una tierra exclusiva para el cerdo como lo es en la actualidad la Sierra Norte. Los estudiosos ya han pedido un análisis del polen que dirá sí de verdad hubo una dehesa allí.
Las últimas excavaciones, que se realizan gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Castilleja de Guzmán y de la Red de Espacios Culturales de Andalucía (RECA) , también otorgan un rango mayor al varón cuyos restos reposaban en el dolmen, al que se ve como "algo más que el jefe de un clan". Incluso barajan la idea de que no viniera de una sociedad tribal, sino de otra más compleja "a las puertas de la constitución de un estado".
Antigüedad. El dolmen de Montelirio es más antiguo de lo que se sospechaba en un primer momento. Las pruebas del carbono 14 practicadas a dos cuerpos hallados en 2007 no dejan lugar a dudas: el dolmen no es de 2300 antes de Cristo como se pensaba, sino de una horquilla que va de 2800 al 2900 antes de Cristo. O lo que es lo mismo, más de cinco siglos más antiguo de lo previsto.
Ese cálculo con tanta exactitud de la fecha del dolmen no se había realizado en ninguno de los que existen en la cornisa del Aljarafe (La Pastora, Matarrubilla y Ontiveros), cuyas excavaciones arqueológicas se produjeron bastante tiempo atrás, cuando no se disponía de pruebas con tantas garantías y precisión.
Fernández, dijo ayer que la fecha de creación del mismo supone "una referencia clara" para saber en qué etapas se edificaron el resto, además de descubrir un poco más cómo era el pueblo allí asentado hace cinco milenios.
*Fuente. El Correo
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