Los arqueólogos del Vaticano han descubierto en las catacumbas romanas de Santa Tecla cuatro frescos que representan a los apóstoles Pedro, Pablo, Andrés y Juan, consideradas las tres últimas las imágenes más antiguas de esos seguidores de Cristo. Los cuatro frescos fueron presentados este martes por el arzobispo Gianfranco Ravasi, presidente de la Comisión Pontificia de Arqueología Sagrada.
El arzobispo Ravasi explicó que hace dos años comenzaron la restauración de una sala de las catacumbas mandada construir por una dama de la nobleza romana del siglo IV, después de Cristo. Los trabajos, realizados con rayos láser, pusieron al descubierto un fresco que representaba a San Pablo y otro a San Pedro.
Posteriores restauraciones sacaron a la luz imágenes de los otros apóstoles Juan y Andrés. Del apóstol Pedro existen otras imágenes en las que aparece solo, pero la importancia de estos descubrimientos, según precisó Ravasi, es que son los primeros frescos en los que aparecen en solitario Pablo, Juan y Andrés.
Un Pedro con el rostro de un anciano y un Andrés fuerte e impetuoso
El arzobispo agregó que la figura de Pablo es inequívoca, ya que muestra al discípulo con los ojos abiertos, arrugas, la mejilla hundida, la calva, la larga y oscura barba, como siempre fue descrito en los textos de la época. La figura de Pedro lo muestra con la barba blanca, la cara cuadrada y el semblante típico de un hombre anciano. El fresco de Juan lo presenta como un hombre joven y a Andrés fuerte e impetuoso. El techo de la sala, un recinto cuadrado, donde están los cuatro frescos, está decorado en su parte central con un buen pastor.
La directora de la restauración de la sala de la catacumba, Barbara Mazzei, afirmó en la presentación que usaron el láser para quitar la cal acumulada en las paredes y techos. La sala se encontraba en buenas condiciones, a pesar de los cientos de años pasados.
El superintendente arqueológico de las catacumbas, Fabrizio Bisconti, destacó que el recinto fue decorado por orden de una mujer que conocía perfectamente las Sagradas Escrituras e insistió en que se trata de las primeras imágenes conocidas de Pablo de Tarso, Juan y Andrés.
El arzobispo Ravasi explicó que hace dos años comenzaron la restauración de una sala de las catacumbas mandada construir por una dama de la nobleza romana del siglo IV, después de Cristo. Los trabajos, realizados con rayos láser, pusieron al descubierto un fresco que representaba a San Pablo y otro a San Pedro.
Posteriores restauraciones sacaron a la luz imágenes de los otros apóstoles Juan y Andrés. Del apóstol Pedro existen otras imágenes en las que aparece solo, pero la importancia de estos descubrimientos, según precisó Ravasi, es que son los primeros frescos en los que aparecen en solitario Pablo, Juan y Andrés.
Un Pedro con el rostro de un anciano y un Andrés fuerte e impetuoso
El arzobispo agregó que la figura de Pablo es inequívoca, ya que muestra al discípulo con los ojos abiertos, arrugas, la mejilla hundida, la calva, la larga y oscura barba, como siempre fue descrito en los textos de la época. La figura de Pedro lo muestra con la barba blanca, la cara cuadrada y el semblante típico de un hombre anciano. El fresco de Juan lo presenta como un hombre joven y a Andrés fuerte e impetuoso. El techo de la sala, un recinto cuadrado, donde están los cuatro frescos, está decorado en su parte central con un buen pastor.
La directora de la restauración de la sala de la catacumba, Barbara Mazzei, afirmó en la presentación que usaron el láser para quitar la cal acumulada en las paredes y techos. La sala se encontraba en buenas condiciones, a pesar de los cientos de años pasados.
El superintendente arqueológico de las catacumbas, Fabrizio Bisconti, destacó que el recinto fue decorado por orden de una mujer que conocía perfectamente las Sagradas Escrituras e insistió en que se trata de las primeras imágenes conocidas de Pablo de Tarso, Juan y Andrés.
*Fuente. La Voz de Galicia
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