Dos esculturas prehispánicas en piedra caliza, que representan a cautivos de guerra, y un par de tableros que fungieron como marcadores de un juego de pelota, fueron hallados por especialistas mexicanos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) en la zona arqueológica de Toniná, en el municipio de Ocosingo, Chiapas.
El descubrimiento corrobora la alianza pactada por los señoríos de Copán, en Honduras, y Palenque, en México, en la guerra que esta última ciudad maya sostuvo contra Toniná durante 26 años (de 688 a 714 d.C.), por el control de las aguas del río Usumacinta.
Las esculturas de los prisioneros de Copán y los dos tableros, cuya antigüedad aproximada es de 1,300 años, fueron hallados bajo tierra a fines de mayo de 2011, al sur de la cancha del Juego de Pelota. "Todas las piezas se encontraron rotas; los dos tableros en más de 30 fragmentos, una de las esculturas en alrededor de 20 partes y sin cabeza, y la otra se encontró completa, aunque fracturada en tres partes", informó el doctor Juan Yadeun, responsable del Proyecto Arqueológico Toniná.
“Dichas piezas se suman a seis elementos decorativos más que fueron encontrados desde la década de los 90, que consisten en cuatro tableros —dos de los cuales se exhiben en el Museo de Sitio de Toniná, además de dos representaciones de cautivos de bulto, que debido a sus malas condiciones de conservación no fue posible hacer interpretaciones precisas que ayudaran al entendimiento de la historia de la civilización maya.
“Las esculturas -de 1.5 m de altura- son representaciones de guerreros mayas hechos prisioneros por antiguos habitantes de Popo (hoy Toniná), y que en algún momento fueron expuestos en vida en los cuatro extremos de la cancha. Posteriormente, en esos mismos puntos, fueron colocadas sus representaciones en piedra para comunicar permanentemente a los habitantes del lugar que su gobernante había ganado la guerra contra las ciudades mayas de Palenque y Copán según lo revelan las diversas inscripciones encontradas en el transcurso dde las excavaciones de la cancha del juego de pelota", detalló el arqueólogo Yadeun.
El especialista del INAH refirió que “ambas esculturas de cautivos tienen inscripciones jeroglíficas —en el pecho y sobre el taparrabo— que refieren que estos individuos fueron súbditos del señor K’uy Nic Ajaw, perteneciente al reino de Copán, hoy Honduras, durante la época en que gobernó Uaxaclajuun Ub'aah K'awiil, conocido también como 18 Conejo, en el periodo Epiclásico (680- 800 d.C.).
Debido a la lucha de poder que sostuvieron por más de dos décadas Toniná y Palenque, el hallazgo de los dos cautivos de Copán es evidencia física que corrobora la alianza que este último señorío tuvo con Palenque, en contra de Toniná.
“Las inscripciones también refieren que los cautivos fueron ofrendados con fuego y humo de copal durante una celebración relacionada con la cancha del juego de pelota; consideramos que pudo haber sido durante la inauguración de la segunda etapa decorativa de la cancha del reino maya de Popo (nombre antiguo de Toniná), ocurrida alrededor del 695 d.C.”, explicó el arqueólogo Juan Yadeun.
Al respecto, explicó que los mayas del México antiguo creían que los templos tenían vida propia y que “nacían” cuando eran inaugurados, por esta razón derramaban sangre durante una ceremonia para simular el parto, por lo cual, a decir del especialista, posiblemente estos prisioneros de Copán fueron utilizados durante el ritual inaugural de la segunda etapa decorativa de la cancha para darle “vida” a la estructura.
El arqueólogo del INAH abundó que la escultura del guerrero cautivo que fue encontrada casi completa, representa a un individuo semidesnudo que porta bandas de tela en las orejas, elemento característico de los prisioneros, que eran despojados de sus orejeras.
“También, se puede apreciar claramente que el cabello del cautivo fue recogido con fines rituales, pues era costumbre entre los mayas recoger el pelo del prisionero para llevar a cabo su decapitación; amos prisioneros aparecen sentados con las piernas cruzadas y las manos atadas por detrás”, explicó.
El doctor Yadeun precisa que desde 688 hasta 714 d.C., se desarrollaron diferentes batallas entre Toniná y Palenque por la búsqueda de poder y control las grandes aguas, enclavadas en las cuencas de la región, que bañaban el río Usumacinta y de otros afluentes menores, entre ellos el Jataté, La Venta, San Pedro y Palizada.
Por ello, alrededor del año 688, Yuhkno´m Wahywal, señor de Toniná, fue capturado y probablemente asesinado por el primogénito de Kinich Janaahb´ Pakal, gobernante de Palenque, como lo refieren las inscripciones de Palenque. “Ante esta catástrofe hubo cambios en la cosmovisión e ideología de los habitantes de Toniná.
“Asimismo, por esta razón destruyen la iconografía de diversos templos y de la cancha del juego de pelota, de la cual rompen los seis marcadores en forma de cabezas de serpientes celestes —que correspondían a la primera etapa constructiva del sitio— vinculadas con el movimiento de las estrellas, el cosmos, el culto a las montañas, el inframundo y la lucha entre los señores de la luz (o del cielo) y los de la oscuridad (del inframundo o del Xilbalba), para crear y destruir constantemente el universo”, apunta Yadeun.
“Entre el 695 y 714 d.C. —continuó—, en Toniná se realizó la segunda etapa constructiva de la cancha del juego de pelota, debido a que, a partir del 688 d. C., K´inich Baak Nal Chaahk, señor de Popo, hizo frente al gobernante de Palenque y tomó como prisioneros a varios de sus aliados.
“A partir de entonces la cancha del juego de pelota fue dedica a las batallas y victorias obtenidas por Toniná sobre sus enemigos, en donde se representaron guerras entre la luz (con la cual se identificaban los habitantes de Toniná) y la oscuridad en la tierra (vinculada al señorío de Palenque).
“En esta segunda etapa del juego de pelota se crearon nuevos marcadores, que corresponden a los dos tableros que se acaban de encontrar en estas excavaciones, y en los cuales hay inscripciones que también se hacen mención del título dinástico del señor K’uy Nik Ajaw, del reino de Copán”, refirió investigador de la Dirección de Estudios Arqueológicos del INAH.
Ambos tableros se hallaron fragmentados e incompletos, y en ellos se observa la representación de una serpiente de guerra de estilo teotihuacano esculpida alrededor, y la talla de un cautivo sacrificado en el centro de cada uno de ellos.
*Fuente. INAH
*La foto presenta al cautivo "Buk' ?" de Palenque. La foto es de Moises Zuñiga y la he tomado del blog de D. Stuart.
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