Los antiguos mayas de la región de Uxmal debieron incorporar al dios azteca de la lluvia Tláloc en un periodo de sequía que se registró hace más de mil años, sin que ello significara el desplazamiento de "Chaac", según investigaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
José Huchim Herrera, director de la Zona Arqueológica de Uxmal y de la Ruta Puuc, señaló que ello se explica por la urgencia que tenían del vital líquido y por la interacción comercial que mantenían con otros pueblos, lo que estimuló la influencia de costumbres culturales.
Así lo revelan diversas representaciones escultóricas de la divinidad mexica en dos de los principales templos de la zona. Las representaciones de Tláloc se observan en estructuras como la Torre de los Mascarones, del edificio conocido como Las Monjas y en algunos relieves del remate de la cornisa del Templo del Adivino.
Estos dos ejemplos de la adopción de costumbres externas por el pueblo maya se han fechado entre los años 906-950 d.C., periodo en el que se registró una fuerte sequía en la región que provocó hambruna.
Aunque la veneración de Tláloc podría considerarse como "falta de fe" en su propio dios de la lluvia, Chaac, la realidad es que fue una "solicitud de apoyo" para su deidad rectora, sin que ello significara su desplazamiento, opinó el arqueólogo.
Además, comentó, existen frisos decorados que datan del año 950 d.C., que hablan sobre la sequía en la región y que coinciden con datos que aparecen en una columna estratigráfica de un cenote cercano a Uxmal, donde hay una inscripción que describe el mismo período de aridez y problemas de fertilidad de la tierra.
El arqueólogo indicó que aunque la práctica de recurrir a una deidad "foránea o extranjera", por parte de los antiguos mayas, no era común, la constante interacción a nivel comercial con los pueblos mesoamericanos sobre todo con el centro de México, pudo inducir la adopción de otro tipo de costumbres culturales.
"En determinado momento, ante una fuerte crisis en sus ciudades como pudo ser una prolongada sequía, el contacto con exitosos modelos ajenos a la cultura maya podría haber motivado el `uso` de los mismos por voluntad propia, sin que esto representara una imposición", comentó Huchim.
En el sitio prehispánico de Uxmal, el rostro de Tláloc fue representado con dos serpientes entrelazadas, cuyos cuerpos forman sus ojos rodeados por aros y una nariz retorcida, al unirse, las fauces de los reptiles figuran la boca con los distintivos seis ganchos o colmillos.
Mientras que en efigies de las civilizaciones tolteca y teotihuacana el dios mexica de la lluvia aparece más estilizado con elementos como anteojeras o anillos alrededor de los ojos.
Su equivalente maya, Chaac, era una entidad sagrada más enigmática por sus múltiples manifestaciones antropomorfas, zoomorfas o fitomorfas, cargadas de simbolismo, muchas de ellas veneradas hasta hoy en algunas comunidades mayas.
Otros ejemplos de la incorporación de elementos culturales ajenos y compartidos en toda Mesoamérica se dieron en la arquitectura, como en el juego de pelota o el Chac Mool, que diferentes culturas adoptaron en el territorio nacional.
José Huchim Herrera, director de la Zona Arqueológica de Uxmal y de la Ruta Puuc, señaló que ello se explica por la urgencia que tenían del vital líquido y por la interacción comercial que mantenían con otros pueblos, lo que estimuló la influencia de costumbres culturales.
Así lo revelan diversas representaciones escultóricas de la divinidad mexica en dos de los principales templos de la zona. Las representaciones de Tláloc se observan en estructuras como la Torre de los Mascarones, del edificio conocido como Las Monjas y en algunos relieves del remate de la cornisa del Templo del Adivino.
Estos dos ejemplos de la adopción de costumbres externas por el pueblo maya se han fechado entre los años 906-950 d.C., periodo en el que se registró una fuerte sequía en la región que provocó hambruna.
Aunque la veneración de Tláloc podría considerarse como "falta de fe" en su propio dios de la lluvia, Chaac, la realidad es que fue una "solicitud de apoyo" para su deidad rectora, sin que ello significara su desplazamiento, opinó el arqueólogo.
Además, comentó, existen frisos decorados que datan del año 950 d.C., que hablan sobre la sequía en la región y que coinciden con datos que aparecen en una columna estratigráfica de un cenote cercano a Uxmal, donde hay una inscripción que describe el mismo período de aridez y problemas de fertilidad de la tierra.
El arqueólogo indicó que aunque la práctica de recurrir a una deidad "foránea o extranjera", por parte de los antiguos mayas, no era común, la constante interacción a nivel comercial con los pueblos mesoamericanos sobre todo con el centro de México, pudo inducir la adopción de otro tipo de costumbres culturales.
"En determinado momento, ante una fuerte crisis en sus ciudades como pudo ser una prolongada sequía, el contacto con exitosos modelos ajenos a la cultura maya podría haber motivado el `uso` de los mismos por voluntad propia, sin que esto representara una imposición", comentó Huchim.
En el sitio prehispánico de Uxmal, el rostro de Tláloc fue representado con dos serpientes entrelazadas, cuyos cuerpos forman sus ojos rodeados por aros y una nariz retorcida, al unirse, las fauces de los reptiles figuran la boca con los distintivos seis ganchos o colmillos.
Mientras que en efigies de las civilizaciones tolteca y teotihuacana el dios mexica de la lluvia aparece más estilizado con elementos como anteojeras o anillos alrededor de los ojos.
Su equivalente maya, Chaac, era una entidad sagrada más enigmática por sus múltiples manifestaciones antropomorfas, zoomorfas o fitomorfas, cargadas de simbolismo, muchas de ellas veneradas hasta hoy en algunas comunidades mayas.
Otros ejemplos de la incorporación de elementos culturales ajenos y compartidos en toda Mesoamérica se dieron en la arquitectura, como en el juego de pelota o el Chac Mool, que diferentes culturas adoptaron en el territorio nacional.
1 comentario:
esto vale gorro no me ayudo con mi tarea!!!!!!!!!!!!!!
¡ES AABURIDO!
A LA VERGA
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